Los Manantiales

Los Manantiales
Renovación para el alma

sábado, 27 de abril de 2013


ORACIÓN DE ARREPENTIMIENTO: ¡SEÑOR, NO QUIERO FALLARTE!

oracion-de-arrepentimiento¡Señor no quiero fallarte otra vez!

Pienso en el gran dolor que causo a tu corazón cada vez que te decepciono.
Y eso es porque realmente te amo y no quiero hacer las cosas mal.
Cómo se sentiría Sansón después de haberse dado cuenta que Dalilah no lo quería, que lo había engañado y que él había roto lo más valioso que tenía que era su pacto contigo. ¡Cuántos errores cometió David! ¡Qué mucho dolor ha de haber sentido! Porque fallarte a ti es como crucificarte de nuevo, es como negar el sacrificio tan maravilloso que hiciste por mí.
No quiero volver atrás, allá solo hay tormentas y tristezas. Sería como retroceder después de estar llegando casi a la meta. Y vivir sin ti no lo concibo ni un momento, porque tú eres el ser más especial y preciado para mí. Antes de ti no había nada, pero cuando tú llegaste a mi ser inundaste mi corazón con tu presencia y ahora ya nada es igual sin ti.
Por eso, con toda humildad te pido que me des las fuerzas que necesito para levantarme del suelo con fuerza y no volver a tropezar con la misma piedra. Tú eres un Dios que escudriña y que conoce lo más íntimo de mi ser. Sabes que no te miento, por eso me humillo y te ruego que me perdones por las veces que te he incumplido o faltado a alguna promesa. Reconozco que eres santo y quiero vivir siempre conforme a tus pasos.

Cada mañana al despertar





Y recuerda recomendar este mensaje que ve a ser de bendición para muchas personas.

ORACION DIARIA EMPEZAR EL DIA CON PROSPERIDAD -



Señor camina delante mío en éste día y se que todo me saldrá bien.
Dios, abre las ventanas de los cielos y derrama bendición en gran medida.
Sé que este día las puertas del éxito y las riquezas serán abiertas para mi.
Sé que tienes preparada abundancia de lo mejor para mi.
Busco tu guía y protección y se que todas las puertas son abiertas para mi.
Tengo certeza que el poder de atracción del universo está en mi.
Te doy gracias, Señor.
 Sé que grandes cosas sucederán en éste día.

LA ORACION EFECTIVA

La oración es una práctica poderosa.  Abre las puertas, crea avenidas para que el bien ilimitado de Dios fluya a toda vida.
Al orar juntos, nuestros corazones y nuestras mentes se unen. Nos vinculamos a un nivel espiritual. Cada oración es una bendición para nosotros y para todas las personas que están en nuestros corazones.
Entramos ahora a un momento de comunión callada con Dios …
Somos uno con Dios. Somos uno con la paz infinita.
En estos momentos fervorosos, abrimos nuestros corazones a una conciencia sagrada de Dios en nosotros. Nuestra conciencia se pro­fundiza, calmando nuestras mentes y aliviando nuestras almas.
Dejamos ir cualquier preocupación al entrar a una unidad con­sciente con Dios. Una paz profunda llena cada parte de nuestro ser.
Descansamos en el silencio … sentimos completa paz … amor incondicional.
Somos uno con lo Infinito; entramos al silencio …
La guía divina nos lleva a nuevas alturas de sabiduría y éxito.
Con mentes armonizadas con el Espíritu, nuestra comprensión aumenta. Vemos con ojos nuevos. Estamos atentos a la guía divina y permitimos que nuevas visiones de éxito tomen forma en nosotros. Recibimos claridad, inspiración y ánimo.
Atentos al silbo apacible y delicado en nosotros, sabemos qué hacer. Tenemos el valor de actuar según esta inspiración, la moti­vación para creer en nuestros sueños y la fortaleza para llevarlos a cabo.
Elevando nuestra visión a nuevas alturas, oramos …
Somos seres sanos y sagrados, expresiones de perfección divina.
Con cada respiración, centramos nuestra atención en la verdad de nuestra naturaleza divina.
La luz de Dios nos llena, resplandeciendo en nuestro interior como perfección.
Al permitir que esta luz resplandezca por medio de nosotros, somos faros de salud y fortaleza. Somos sanos y sagra­dos.
Nuestras almas son alimentadas por la luz divina a medida que   regresamos a la oración callada …
Aceptamos la abundancia de Dios que fluye a nosotros y por medio de nosotros ahora.
Estamos receptivos al poder de Dios que obra en nuestras vidas. De esta fuente, fluyen bendiciones ilimitadas.
Tenemos receptividad a la abundancia en sus muchas formas. El amor de la familia y los amigos, la belleza de la naturaleza, el gozo de la creatividad —estas expresiones de Dios enriquecen nuestras vidas. Damos gracias por el bien abundante de Dios y reconocemos cada bendición con corazones agradecidos.
No hay límite para la bondad de Dios; no hay límite para las ben­diciones que llenan nuestras vidas. En esta conciencia, damos gracias y oramos …
Unidos en el amor divino, caminamos por una senda de paz.
Con corazones y mentes serenos, respiramos profundamente y visualizamos un mundo de paz. Permitimos que cualquier sentimiento de dolor o arrepentimiento surja, y luego lo dejamos ir. Nos regocijamos en una nueva sensación de paz en nosotros. Como seres pacíficos, contribuimos con la paz en el mundo.
Enviamos pensamientos de amor y armonía a las personas en otras tierras, recordando amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Unidos en el amor divino, caminamos por la senda de paz al orar …

Oración para iniciar el día


Buenos días, Señor.
Un nuevo día que me regalas.
Gracias con toda la fuerza
de que soy capaz.
Gracias por este nuevo amanecer.
Gracias por este nuevo empezar.
Gracias por tu presencia
que me acompañará en toda la jornada.
Quiero comenzar este nuevo día
con entusiasmo,
con alegría reestrenada,
con ilusión nueva.
Me da seguridad el saber
que Tú estas a mi lado:
en mi familia, en mis amigos,
en la gente con la que me voy a encontrar,
en mi propia persona.
Te ofrezco mi trabajo de este día.
Que mi esfuerzo sea fecundo,
sirva para la felicidad de los demás
y me ayude a encontrar mi propia paz.
Que, con mi trabajo, mi día sea un pedacito
del mundo que busco y sueño.
Ayúdame a llenarlo de entrega y amor.
Señor, que hoy viva de tal manera
que cuantos se acerquen a mi
descubran tu presencia y tu ternura.
Buenos días, Señor.
Un nuevo día que me regalas.



ORACIÓN DE UNA MUJER SABIA

Señor, tú sabes mejor que yo, que estoy envejeciendo y un día seré vieja. No permitas que me haga charlatana y adquiera el hábito de creer que tengo que decir algo sobre cualquier tema, en cada ocasión. Libérame de las ansias de querer arreglar la vida de los demás. Que sea pensativa pero no taciturna, solícita pero no mandona.
Con el vasto acopio de sabiduría que poseo, parece una lástima no usarla, pero mantén mi mente libre de la recitación de infinitos detalles. Dame las alas para ir derecho al grano. Sella mis labios para que no hablen de mis achaques y dolores. Ellos van en aumento con el pasar de los años, como también mi gusto por recitarlos.
Pido la gracia de poder escuchar con paciencia el relato de los males ajenos. Enséñame la gloriosa lección de que a veces, es posible que esté equivocada. Mantén en mí una razonable dulzura. No quiero ser santa, pero tampoco volverme una vieja amargada.
¡Ayúdame a extraer de la vida toda la diversión posible. Nos rodean tantas cosas divertidas, que no quiero perderme ninguna!             Amén.
Autora: Desconocida

QUEDATE CONMIGO


Señor, quédate conmigo durante este día,

y guía mis pensamientos y deseos,
mis acciones y mis proyectos.
Guía mis pasos
para que caminen ligeros al encuentro de los cansados y desanimados.
Guía mis manos para que acompañen  a aquellos que  se perdieron en el camino.
Abre mis brazos, para que pueda abrazar a los que se sienten solos y sin esperanza.

Ilumina mis ojos
Y vuelve atentos mis oídos al clamor de mis hermanos.


Ofréceme un corazón tierno, capaz de amar sin distinción.
Padre nuestro,
deposito en tu protección mi descanso y el de todos mis amigos y seres queridos.
Coloco en tus manos nuestra tierra, nuestras ciudades,
nuestro mundo tan azotado por la violencia,

Por las catástrofes, por las guerras y por las injusticias...
Ilumina, Señor, la mente y el corazón de los poderosos de la tierra.
Que siempre pueda, por tu gracia,
abrir las manos para compartir
lo que soy y lo que tengo
y con tu ayuda pueda ver aparecer la aurora de un mundo nuevo.
GRACIAS, SEÑOR.
AMÉN.

 ORACIÓN CRISTIANA -
¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
 Déjame al cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te entregues a mi,
 todo se resolverá con tranquilidad según mis designios.

No te desesperes, no me dirijas una oración agitada,
como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.
Cierra los ojos del alma y dime con calma: "JESÚS YO CONFIO EN TI".

Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos
 sobre lo que puede suceder después.
No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas.
 Déjame ser DIOS y actuar con libertad.
 Entrégate confiadamente a mi.
Reposa en mi y deja en mis manos tu futuro.
 Dime frecuentemente "JESÚS YO CONFIO EN TI".

Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas
y querer resolver las cosas a tu manera.
Cuando me dices "JESÚS YO CONFIO EN TI",
 no seas como el paciente que le dice al médico que lo cure,
pero le sugiere el modo de hacerlo.

Déjate llevar con mis brazos divinos, no tengas miedo, yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración
, sigue confiando, cierra los ojos del alma y confia.
Continua diciéndome a toda hora "JESÚS YO CONFIO EN TI".

Necesito las manos libres para poder obrar.
No me ates con tus preocupaciones inútiles.
Satanás quiere eso. Agitarte, angustiarte y quitarte la paz.
 Confía sólo en mi. Reposa en mi.
Entregate a mi. Yo hago los milagros en la proporción de la entrega
 y confianza que tienes en mi.

Asi que no te preocupes, echa en mi todas tus angustias y duerme tranquilo.
Dime siempre "JESÚS YO CONFIO EN TI". Y verás grandes milagros.

TE LO PROMETO POR MI AMOR.
JESÚS


Dedicado a los que sufren, a los que padecen, a los impacientes
, a los faltos de fe, a los que lloran...
espero que les sea de gran utilidad y confortamiento.
lo envió Adriana Gabriela Chirino
 

Señor, enséñame a vivir


Señor,
Dame fuerzas cuando me sienta débil, coraje para enfrentar las
adversidades, alegría para alegrar a aquellos que sólo saben llorar.

Que yo pueda hacer el bien a los que necesitan, sea con una palabra, sea con un gesto, sea con una sonrisa.

Señor, alimenta mi alma con tu luz, hazme relucir entre las tinieblas.
De la falta de fe y de esperanza, líbrame, Levántame, fortifícame, enséñame el camino de la verdad y la comprensión.

Aliméntame de sabiduría para que pueda discernir lo que es correcto de lo que no es, para que no incurra en errores y no lleve a otros a hacer lo
mismo. Señor, Oye mi súplica, escucha mi corazón, toca ahora mi alma y
reanímala, pues a veces me vence la tristeza.

Levántame a mí y a todos los que cayeron alguna vez, ayúdanos a no tener miedo de volver a caer.

Visita a mi familia, mi casa, mis amigos, mis enemigos, a aquellos que todavía voy a conocer y aquellos que ya no veo.

Reparte con ellos el pan de tu misericordia y bondad, tócales el corazón
para que también sientan tu presencia y crean verdaderamente en un mundo mejor.

Visita a todos aquellos que necesiten de tu presencia Para que puedan
iluminarse con tu belleza y amor.

Que sepan que fuera de Ti, no hay nada!!

Gracias, Señor
Amen

Oh Dios, enséñame a ser valiente


Señor, ayúdame a ser valiente,
enséñame a decir la verdad delante
de los fuertes y a no decir mentiras
para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la felicidad.
Si me das fuerza, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver el otro lado de la moneda.
No me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar como yo.
Enséñame a querer a la gente como a mi mismo y a juzgarme como a los
demás.

No me dejes caer en el orgullo si triunfo.
Ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al
triunfo.

Enséñame que perdonar es lo más grande del fuerte.
Que la venganza es la señal primitiva del débil.
Si me quitas la fortuna, déjame la esperanza.
Si me quitas el éxito, déjame la fuerza para triunfar del fracaso.
Si yo faltara a la gente, dame valor para disculparme.
Si la gente me faltara a mí, dame valor para perdonar.
Señor, si yo me olvido de Ti, por favor no te olvides de mí...
Amen.

Plegaria de confianza en la Divina Providencia


Recibe, Señor, nuestros miedos
y transfórmalos en confianza.
Recibe, Señor, nuestro sufrimiento
y transfórmalo en crecimiento.
Recibe, Señor, nuestro silencio
y transfórmalo en adoración.
Recibe, Señor, nuestras crisis
y transfórmalas en madurez.
Recibe, Señor, nuestras lágrimas
y transfórmalas en plegarias.
Recibe, Señor, nuestra ira
y transfórmala en intimidad.
Recibe, Señor, nuestro desánimo
y transfórmalo en fe.
Recibe, Señor, nuestra soledad
y transfórmala en contemplación.
Recibe, Señor, nuestras amarguras
y transfórmalas en paz del alma.
Recibe, Señor, nuestra espera
y transfórmala en esperanza.
Recibe, Señor, nuestra muerte
y transfórmala en resurrección.

(Remitida por Humberto G.)

Para hoy, dame, Señor...


Para hoy
Dame Señor
entusiasmo para actuar
en cada momento del día
con una entrega total.
Para hoy
Dame Señor
paciencia y una gran fortaleza
para aceptar los detalles
que tu me vas a mandar.
Para hoy
dame Señor
capacidad para Amar
cuanto cruce mi camino
captando todo lo bello que me das.
Para hoy
dame Señor
el don de aceptar a las personas como son y
de disfrutar mi vida como es hoy.
Para Hoy
dame Señor
tiempo para Orar,
para llenarme de Tu Amor,
olvidarme de mis penas y
entregarme al servicio de los demás.
Amén!
(A. Rabatte)

Padre nuestro, bendícenos...


Padre Nuestro, bendito sea el nuevo día

y quien nos lo envía. Dios y Señor mío,

gracias por haberme creado, redimido,

hecho cristiano y conservado cada día

y cada noche.

 

Te ofrezco mis pensamientos,

palabras y obras.

No permitas que te ofenda y dame fuerza

para huir de los pecados y peligros.

 

Mi Dios, hoy te pido que perdones a todas

las personas que conozco en mi vida y a mi

mismo. Yo se que tu me daras la fuerza

para aprender a perdonar de corazon.

 

Te doy gracias porque tu me amas mas de

lo que yo me amo a mi mismo, y porque he

descubierto que tu mas que nadie en el mundo

desea que yo sea feliz.

Amen.

 

Padre Bueno


Padre Bueno, te pido que bendigas a mi familia,

mis hermanos, amigos, sobrinos y a toda la humanidad

Te pido, les reveles nuevamente

Tu amor y Tu poder.

Espíritu Santo, te pido que seas la guía para sus almas.

 

Donde hay dolor, dales Tu paz y Tu misericordia.

Donde hay dudas, renuévales la confianza.

Donde hay cansancio, te pido que les des entendimiento, paciencia, y

fuerza para amarte.

Donde hay estancamiento espiritual, te pido que les reveles tu

cercanía, para un nuevo comienzo en la fe.

Donde hay miedo, revélales Tu amor y transmíteles tu fuerza.

Donde hay pecado bloqueando sus vidas, haz que este desaparezca.

Bendice sus finanzas, concédeles mas visión de Ti,

que tengan el apoyo de amigos para darles fuerza y valentía.

Concédeles a cada uno discernimiento para

poder distinguir las fuerzas negativas que pudieran afectarlos,

Revélales el poder que tienen en Ti para superarlo.

Te ruego me concedas estas peticiones en el nombre de Jesús nuestro

único Salvador.

Amen.

Oración a Dios Padre


Padre mío, te doy las gracias.
Tú no me das una piedra cuando te pido pan.
Jamás lo harías porque eres
un padre amoroso.
Padre mío, te doy las gracias
porque tienes contados todos los cabellos de mi cabeza,
de manera que hasta las cosas más pequeñas
pasan por tus manos
y han de bendecirme y hacerme bien.
Padre mío,
te doy las gracias
porque soy tu hijo, y por eso
ningún bien puede faltarme.
Padre mío, te doy las gracias
porque eres el Padre misericordioso
y el Dios de todo consuelo.
Tu corazón me abre las puertas
cuando estoy en necesidad.
Padre mío, te doy las gracias
porque tu corrección
no es más de lo que puedo soportar.
Padre mío, te doy las gracias
porque tu sabes lo que es bueno,
saludable y beneficioso para mi,
por eso se que la forma en que me guías
siempre es la mejor para mi.

Padre mío, te doy las gracias
porque escuchas cada petición de tus hijos
y ninguna de sus oraciones son desoidas.

Padre mío, te doy las gracias
por ser el mejor de los padres,
compasivo, clemente
y lleno de bondad y paciencia con tu hijo.

Padre mío, te doy las gracias
porque nada puede sucederme,
excepto lo que tu permitas,
porque todo viene de Ti
y lo usarás para mi bendición.

Padre mío, te doy las gracias
por alegrarte de hacer el bien a tus hijos.
muchas gracias porque puedo contar contigo
en todas mis necesidades.

Padre mío
¿Quién me ama como Tú?
¿Quién me cuida como Tú?
¿Quién me guía por el camino correcto como ?Tú
¿Quién me sobrelleva con la misma paciencia que Tú?
¡Nadie en la tierra,
ni ahora ni en la eternidad!
Amén.
(M. Basilea Schlink)

Oh, Dios de ternura, eres mi alegría


Oh mi Dios, yo sé que Tú me amas y sé que tu
amor por mí no es un amor que pasa,
sino un amor eterno.

Sé que me amas tal cual soy,
ya sea tonto o inteligente
ya sea débil o fuerte,
ya sea equilibrado o disparejo...
poco importa, yo sé que me amas,

Es más aún: sé que me amas
cuando me siento perdido,
cuando soy pecador , cuando estoy pobre,
no solo de dinero, sino de virtudes.

Yo sé que Tú me amas y que tu gozo es buscarme
como el pastor busca a la oveja perdida,
y sé que te daría un inmenso júbilo
al dejarme encontrar.

Yo sé, oh mi Dios, que tu Hijo es la prueba
viviente de tu amor
ese amor eterno, que en el tiempo
viene a nuestro encuentro.

Bendito seas oh mi Dios,
Tú quieres guiarme por el mismo camino
y darme un día de dicha,
la alegría completa de ser tuyo
para toda la eternidad.
Amén.
 (Jacques Leclerc)

Gratitud


Gracias Padre, oh Dios del Cielo
Dueño Absoluto y Creador
sobre los cielos y tierra
de toda doctrina de amor.

Hoy que de los cielos miras
a la tierra en su girar
rige Señor los senderos
en nuestro arduo caminar.

Gracias por toda esperanza
que nos ayuda a vencer
la que nos muestra el camino
y sostiene nuestra fe.

Por tu bondad infinita
por tu amor y poder
bajo tu amparo y tu guía
nos permites hoy crecer.

Porque aún entre las guerras
internas nos sueles dar
las armas que nos liberan
tu paz, tu amor, tu verdad.

Y así a través de los tiempos
en toda su realidad
nos permites ser fieles
en este peregrinar.

Gracias Señor por la vida
en toda su intensidad
por tu luz y la apertura
que nos da la capacidad
de ser y sentirnos libres
para amar tu voluntad.

Por tu gran misericordia
que perdona la maldad.
Por mostrarnos lo divino
que existe en la humanidad.

Porque pese a todo ruido
al silencio o al dolor
presentimos tu presencia
y podemos oír tu voz.

Gracias por tu gran realeza
porque en tu amor al crear
a tu imagen nos formaste
semejanza sin igual.

Con esa esencia sin par
vida en nosotros soplaste
y que delicia es amarte
¡Oh! mi Padre Celestial
de mi alma, de mi cantar
quiere mi ser ofrecerte.

Por la gracia de alabarte
y tener la gran virtud
de seguirte y con Jesús
en el sagrario adorarte.
Amen

Enséñame, Señor Dios...


Enséñame Señor Dios
a no saber, vivir sin Tí,
ni en salud o enfermedad
ni en trabajo o descanso,
ni en amor o soledad,
ni en tristeza o alegría,
ni al despertar o dormir..
cada día,
enséñame
a no saber vivir sin Ti.

Después de tanto tiempo
de estar los dos unidos,
¿Como sería tu ausencia?,
¿Tus pasos ya perdidos?,
Si me enseñaste a amarte sin medida
defiende lo que es tuyo
porque te dolería vivir sin mi;
los dos somos conscientes
entonces Señor Dios,
enséñame a no saber vivir sin Ti.
Amén.
(Madre Ma. Emilia Peña Castellanos, MESST)

Enséñame, Oh Dios, a hacer oración


Enséñame, oh Dios,
ese lenguaje silencioso que lo dice todo.
Enseña a mi alma a permanecer
en silencio en tu presencia.
Que pueda adorarte en las
profundidades de mi ser y esperar
todas las cosas de Ti,
sin pedirte nada más que
la ejecución de Tu voluntad.
Enséñame a permanecer
callado bajo Tu acción y
producir en mi alma esa profunda
y sencilla oración que nada
dice y lo expresa todo.
Ora Tú en mí para que mi oración tienda
siempre a Tu gloria y que mis deseos
estén siempre fijos en Ti.

Amen

En busca de Dios

¡Te necesito, Señor Dios!,
porque sin Ti mi vida se seca.
Quiero encontrarte en la oración,
en tu presencia inconfundible,
durante esos momentos en los que el silencio
se sitúa de frente a mí, ante Ti.
¡Quiero buscarte!
Quiero encontrarte dando vida
a la naturaleza que Tú has creado;
en la transparencia del horizonte
lejano desde un cerro,
y en la profundidad de un bosque
que protege con sus hojas
los latidos escondidos
de todos sus inquilinos.
¡Necesito sentirte alrededor!
Quiero encontrarte en tus sacramentos,
En el reencuentro con tu perdón,
en la escucha de tu palabra,
en el misterio de tu cotidiana entrega radical.
¡Necesito sentirte dentro!
Quiero encontrarte en el rostro
de los hombres y mujeres,
en la convivencia con mis hermanos;
en la necesidad del pobre
y en el amor de mis amigos;
en la sonrisa de un niño
y en el ruido de la muchedumbre.


Tengo que verte!
Quiero encontrarte en la pobreza de mi ser,
en las capacidades que me has dado,
en los deseos y sentimientos que fluyen en mí,
en mi trabajo y mi descanso
y, un día, en la debilidad de mi vida,
cuando me acerque a las puertas del
encuentro cara a cara contigo.
Amén

Dios Mío, Tú me amas!


Dios Mío, Tú me amas!
(Alicia Beatriz Angélica Araujo)


Ayúdame para que no me pierda en mi debilidad.
Quita las escamas de mis ojos, y dame tu luz para mirar con amor misericordioso y benevolencia a mis hermanos.
Permite Señor, que me vea libre de todo prejuicio, y acepte  con paz todo lo que de Ti provenga.
Dale mi Dios a mi intelecto, la apertura necesaria, para discernir tus caminos, y anunciar a todos Tú gloriosa victoria.
Confírmame en la fe por mis obras.
Líbrame de toda actitud egoísta, y dame de beber de Tú amoroso corazón ese néctar que embriaga con humilde, sencilla, pero ardorosa pasión a mi pobre e impotente corazón humano.
Te lo pido por la excelsa intercesión de María Santísima, medianera de todas las gracias.
Concédeme ser una servidora fiel, que de fruto y éste sea duradero.
Dame mi Dios, la gracia de trasmitir este tu amor, que es redención para los hombres.
Nada tengo Señor si Tú no me alcanzas tu gracia, pues nada hay de bueno en mí sin tu misericordia.
Atiende Señor mis súplicas, y concédeme todo aquello que sirva para Tú mayor gloria.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.















Dios mío, estoy contento


Dios mío, estoy contento porque Tú me amas,
no obstante mi indignidad.

Dios mío, estoy contento porque te amo,
no obstante mi miseria.

Dios mío, estoy contento porque puedo alguna vez,
no obstante mi nada, hacer que te amen.

Dios mío, estoy contento porque puedo sufrir
algo por tu amor.

Dios mío, estoy contento porque Tú estás presente
en la Euca unaristía.

Dios mío, estoy contento porque eres mi Huésped divino.

Dios mío, estoy contento porque tu presencia bendita
en mi morada ilumina mi vida.

Dios mío, estoy contento porque eres mi fuerza en los
desfallecimientos de mi alma.

Dios mío, estoy contento porque eres mi consuelo en
las angustias de mi corazón.

Dios mío, estoy contento porque Tú eres mi luz en
las oscuridades de mi camino.

Dios mío, estoy contento porque Tú eres mi riqueza
en mi pobreza.

Dios mío, estoy contento porque si me has quitado
mucho, me has dejado todavía mucho mas.

Dios mío, estoy contento porque Tú eres mi Padre,
mi Esposo, mi Hermano, mi Amigo, mi Salvador,
el Huésped divino de mi corazón, por medio de
la gracia, la Vida de mi vida, porque Tú eres mi todo.

Dios mío, estoy contento porque Tú eres la Belleza,
la Bondad, la Verdad resplandeciente de la que mi
alma está sedienta.

Dios mío, estoy contento porque Tú eres la eterna
felicidad de aquellos que he perdido.

Dios mío, estoy contento porque creo que los he de
ver y gozar en los esplendores de la vida eterna.

¡Oh mi buen Maestro! Te doy gracias de haberme hecho
encontrar tantos corazones nobles y buenos.

¡Oh mi buen Maestro! Te doy gracias del perfume de
las flores, de la hermosura de las almas, del reflejo
aquí debajo de todas las inmortales bellezas.

¡Oh mi buen Maestro! Te doy gracias de haberme
permitido gozar de todas las maravillas de tu creación.

¡Oh mi buen Maestro! Te doy gracias de todos los bienes
que poseo todavía y de todos aquellos que espero de tu
misericordia infinita en este mundo y en el otro para mí
y para todos aquellos que me son queridos. Amén





Dios, fortaleza del que sufre


Señor, ayúdame a ser un cristiano tan consciente,
que me dé cuenta de mis propias limitaciones;
tan valiente, que no me hunda
ante las inevitables dificultades de la vida;
y tan humilde que llegue a descubrir que sin Ti
nunca sabré llevar mi cruz de cada día

Haz, Señor, que cuando me llegue el dolor o la prueba,
no la mire nunca como un castigo que Tú me envías,
sino como una oportunidad que me brindas
de poderte demostrar
que mi amor es serio
y que soy consecuente con la fe que profeso.
Que el dolor, Señor, me haga cada vez más maduro
como persona y como cristiano;
que me haga más comprensivo con los demás;
que me haga más amable, más tierno, más humano
que cuando el dolor llegue a mi puerta,
lejos de hacerme el mártir
o de tomar actitudes de víctima propiciatoria,
sepa repartir paz y alegría en medio
de los que me rodean.
Amén

Dame la gracia de ser compasivo


Dios mío, Tú eres todo ternura para mí.
Te lo pido por tu Hijo amado:
dame la gracia de llenarme de misericordia
y de amar todo lo que Tú me inspires.

Dame la gracia de compadecerme
de quienes viven en la aflicción
y de correr en ayuda
de los que pasan necesidad.

Dame la gracia de aliviar a los desgraciados,
de prestar asilo a los que no lo tienen,
de consolar a los que sufren,
de animar a los deprimidos.

Dame la gracia de devolver la alegría a los pobres,
de servir de apoyo a los que lloran,
de perdonar las deudas
a quien tenga alguna conmigo.

Dame la gracia de perdonar
a quien me haya ofendido,
de amar a los que me odien,
de devolver siempre bien por mal,
de no despreciar a nadie
y de respetar a todos. 
Amén.

Abre nuestros ojos Señor




Abre nuestros ojos, Señor
(Liturgia de las horas)

Abre nuestros ojos, Señor,
para que podamos verte a Ti
en nuestros hermanos y hermanas.
Abre nuestros oídos, Señor,
para que podamos oír las invocaciones
de quien tiene hambre, frío, miedo,
y de quién está oprimido.
Abre nuestro corazón, Señor
para que aprendamos a amarnos los unos a los otros
como Tú nos amas.
Danos otra vez tu Espíritu, Señor,
para que nos volvamos un sólo corazón y una sola alma
en tu nombre. Amén.

Acto de abandono


Acto de abandono
(Ignacio Larrañaga)

En tus manos, oh Dios, me abandono,
modela esta arcilla,
como hace con el barro el alfarero.
Dale forma, y después, si así lo quieres
hazla pedazos.
Manda, ordena: ¿Qué quieres
que yo haga?
¿Qué quieres que yo no haga?.

Elogiado y humillado, perseguido,
incomprendido y calumniado,
consolado, dolorido, inútil para todo,
solo me queda decir a ejemplo de tu madre:
"Hágase en mí según tu Palabra".

Dame el amor por excelencia,
el amor de la cruz;
no una cruz heroica que pudiera satisfacer
mi amor propio;
sino aquellas cruces humildes y vulgares
que llevo con repugnancia. Las que encuentro
cada día en la contradicción,
en el olvido, el fracaso, en los falsos
juicios o en la indiferencia,
en el rechazo y el menosprecio de los demás,
en el malestar y en la enfermedad,
en las limitaciones intelectuales
y en la aridez, en el silencio del corazón.
Solamente entonces Tú sabrás que te amo,
aunque yo mismo no lo sepa,
pero eso basta.
Amén.

¿Cómo no darte las gracias Padre?


¿Cómo no darte las gracias Padre?
      

¿Cómo no darte gracias, Padre?
¿Cómo no darte gracias, Padre…
si me has amado con amor eterno,
si mi vida está en tus manos,
si un cielo eterno me tienes prometido?
¿Cómo no darte gracias, Padre…
si todo lo que soy es don tuyo,
si me llenas de gozo y esperanza,
si siempre estás conmigo?
¿Cómo no darte gracias, Padre…
si me abruma el peso de tus dones,
si no puedo olvidar tus beneficios,
si es mi alivio poder agradecerte?
¿Cómo no darte gracias, Padre…
si Tú mismo te me has regalado,
si tu Espíritu incendia mi ser,
si es Jesús quien, por mí, te agradece?
Amén

Indice de Reflexiones