Jorge Washington, el primer presidente de los Estados Unidos, envió una circular a los gobernadores de todos los estados, en junio de 1873.
En el final de su carta decía: "Mi oración más sincera a Dios es que os bendiga y que tenga vuestro estado bajo su protección. Que él se digne inclinar el espíritu de los ciudadanos a la subordinación y obediencia al gobierno, y despertar un sentimiento de amor fraternal de los unos hacia los otros y, en particular para sus hermanos que han peleado en los campos de batalla; y finalmente, que su gracia nos mueva a todos a hacer justicia, a amar la misericordia y a conducimos con esa claridad, mansedumbre y templanza que caracterizan al Divino Autor de nuestra bendita religión, pues sin imitarlo con humildad nunca podremos esperar que la nación sea feliz."--El Exégeta.
Cuanto hacen falta hoy en el siglo XXI gobernantes temerosos de Dios que vivan en los principios del Reino.
Este mundo gime de tanta corrupción y perdida de valores en los lugares de gobierno. Política, poder, dinero, droga, sexo, mentira y arreglos debajo de la mesa, son la demostración de la perdida de valores.
Oremos hoy a Dios, que nos dé, gobernantes que clamen a Dios por sabiduría y compasión.
Si el que peca inadvertidamente es uno de los gobernantes, e incurre en algo que los mandamientos del Señor su Dios prohíben, será culpable.
Lev 4:22
Nuestros reyes y gobernantes,nuestros sacerdotes y antepasados desobedecieron tu ley y no acataron tus mandamientosni las advertencias con que los amonestabas.
Neh 9:34
Ustedes, los reyes, sean prudentes;déjense enseñar, gobernantes de la tierra. Sal 2:10
Tú no puedes ser amigo de gobernantes corruptos, que violan la ley y hacen planes malvados.
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