La conexión física es la relación íntima sexual en el matrimonio.
La conexión física debe ser la última en el proceso integral de conexión en el matrimonio. Después de una buena conexión espiritual y emocional, entonces está preparado el ambiente para una relación íntima de alta calidad.
La conexión física que no incluye las dos anteriores, es solo sexo superficial y egoísta. Una relación fundamentada en solamente este aspecto tiende a no durar mucho.
I Corintios 7:3-5 dice: “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.
La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de la falta de dominio propio.”
La palabra de Dios nos enseña que los esposos no deben negarse el uno al otro, para evitar las tentaciones del enemigo. En otra versión dice que no deben robarse el placer al que tienen derecho como esposos. Es evidente que el propósito de Dios es que las parejas se disfruten mutuamente, siendo la prioridad del marido proporcionar ese placer a su mujer y la de la mujer, satisfacer al marido. Si ambos se proponen obedecer a la palabra de Dios, la probabilidad de que disfruten de su relación es mucho mayor.
Eso implica que ambos cónyuges deben ser muy creativos en su vida íntima, para que no caigan en la rutina que muchas veces vuelve aburrida la relación sexual. Deben esforzarse por ponerle sabor y picardía a sus encuentros sexuales, de manera que los puedan disfrutar al máximo, dentro de los parámetros bíblicos.
Recuerden orar juntos, tratarse con consideración y amor mutuamente, ya que estos elementos son indispensables para poder disfrutar de una excelente relación íntima. Tomen la decisión hoy mismo de trabajar por su vida espiritual, fomentar buenos hábitos de vida emocional e invertir tiempo y recursos para desarrollar una buena vida de intimidad.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.
CUÍDALO!
Luis y Hannia Fernandez
matrimonios@happy4ever.org
La conexión física debe ser la última en el proceso integral de conexión en el matrimonio. Después de una buena conexión espiritual y emocional, entonces está preparado el ambiente para una relación íntima de alta calidad.
La conexión física que no incluye las dos anteriores, es solo sexo superficial y egoísta. Una relación fundamentada en solamente este aspecto tiende a no durar mucho.
I Corintios 7:3-5 dice: “El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.
La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de la falta de dominio propio.”
La palabra de Dios nos enseña que los esposos no deben negarse el uno al otro, para evitar las tentaciones del enemigo. En otra versión dice que no deben robarse el placer al que tienen derecho como esposos. Es evidente que el propósito de Dios es que las parejas se disfruten mutuamente, siendo la prioridad del marido proporcionar ese placer a su mujer y la de la mujer, satisfacer al marido. Si ambos se proponen obedecer a la palabra de Dios, la probabilidad de que disfruten de su relación es mucho mayor.
Eso implica que ambos cónyuges deben ser muy creativos en su vida íntima, para que no caigan en la rutina que muchas veces vuelve aburrida la relación sexual. Deben esforzarse por ponerle sabor y picardía a sus encuentros sexuales, de manera que los puedan disfrutar al máximo, dentro de los parámetros bíblicos.
Recuerden orar juntos, tratarse con consideración y amor mutuamente, ya que estos elementos son indispensables para poder disfrutar de una excelente relación íntima. Tomen la decisión hoy mismo de trabajar por su vida espiritual, fomentar buenos hábitos de vida emocional e invertir tiempo y recursos para desarrollar una buena vida de intimidad.
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.
CUÍDALO!
Luis y Hannia Fernandez
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