Manantiales es agua de vida, de reflexiones, mensajes, oraciones, meditaciones, de compartir nuestras vivencias, manantiales es refrigerio para el alma.
Los Manantiales
jueves, 29 de octubre de 2009
Hijo de Dios
paz interna
En la parte mas intima de mi ser, hay un lugar sagrado donde no puede entrar ninguna agitacion externa, donde no pueden mora sentimientos de duda o fracaso. Aquí dentro de mi alma, esta la paz de Dios.
Amorosa presencia
domingo, 25 de octubre de 2009
Nuestra Familia
QUIEN INSTRUYE A SU HIJO SERÁ HONRADO EN ÉL Y DE ÉL SE GLORIFICARÁ LA GENTE DE SU FAMILIA.(Sta. Biblia)
Para ella, ISABELINA MARTÍNEZ, la gran creadora y convencida de este sueño hoy hecho realidad: "Nuestra Familia Martínez"
Mi abuela nos deja:
Un eterno amor.
Un ejemplo de lucha.
Unas normas de crianza.
Una triste partida.
En su vida primo la humildad que supo llevar con dignidad, orgullo y valentía, para la educación de sus diez hijos: Elvira, Agustín, Ángel, Rubén, Luis, Marina, Nelson, Alcibiades, Gustavo y Socorro. A sus 29 nietos y 19 bisnietos nos faltaran sus normas de crianza, pero será el deber de sus hijos continuar sus amorosas enseñanzas y ese legado que hoy nos hace una gran Familia.
Cuando mi abuela se encontraba con vida y muy enferma, a pesar de su cansado corazón (aclaro, que no de amar) agotaba todas sus fuerzas para servir con amor, humildad y total desinterés a su familia. En ocasiones se quitaba el pan de su boca para dárselo a sus nietos.
Mi abuela, con su vida y su muerte nos deja una gran enseñanza: "para gestar una gran familia no hace falta riquezas materiales o falsas apariencias sino amor, valentía y fuerza espiritual como lo demostró hasta el último momento de su vida en la tierra".
Con estas palabras exaltamos la vida de mi abuela y hacemos un llamado a la paz entre hermanos, hijos, nietos, bisnietos y demás familiares por siempre.
domingo, 4 de octubre de 2009
por Peggy Pifer
¿Estás pasando por un reto de salud, querido amigo? No importa cuán serio o sencillo pueda parecer, abre tu corazón a la curación. ¿Un amigo o un ser querido necesitan curación? Abre tu corazón y mantén el pensamiento más elevado de salud —perfección— y espera que la curación se lleve a cabo.Cuando Jesús sanó a los enfermos, Su fe nunca flaqueó; Él nunca dudó. Por medio de Su fe, Jesús reconoció tres cualidades esenciales en la persona que sanaba. Tomemos en consideración estas cualidades: fe, voluntad y un corazón agradecido, a la luz de las curaciones de Jesús.Primero, la fe que sana es posible y es un requisito. La mujer quien tocó el borde de su manto fue sanada porque tenía fe. Esta mujer tenía tanta fe que Jesús le dijo: “Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado” (Mt. 9:22). Sin embargo, Jesús demostró que la curación no está limitada a quienes tienen una fe extraordinaria e inmutable.Jesús dijo a Sus seguidores: “Si tenéis fe como un grano de mostaza… nada os será imposible” (Mt. 17:20). Aún si tienes la cantidad más pequeña de fe en la vida de Dios en ti, puedes ser sanado y puedes ser una bendición de curación para otros.Toma la fe que tienes ahora, aún cuando sientas que es tan pequeña como una semilla de mostaza y edifica sobre ella. Edifica al reconocer las cosas a tu alrededor que Dios ya ha provisto para ti. Hasta una cantidad de fe equivalente a una semilla de mostaza, en lo profundo de tu corazón sabrá que la curación es posible. Di a ti mismo esto hoy, cada vez que ores y cada vez que la duda y el temor se filtren en tus pensamientos. Mantén esta conciencia en tu corazón: Tengo fe en la vida de Dios en mí para que haga su obra perfecta de curación.¡Reconoce que esto es verdad! Permítete sentir la vida de Dios en ti y tomar más conciencia de ella cada día.Haciendo la conexiónSegundo, la voluntad es requerida de quienes vayan a ser sanados. Cuando el hombre en la piscina de Betesda pidió a Jesús que lo bajara a las aguas curativas, Jesús le preguntó: “¿Quieres ser sano?” (Jn. 5:6). Puede parecer extraño hacerle esta pregunta a alguien quien ha estado esperando tanto tiempo por curación. Pero cuando Jesús preguntó, el hombre se dio cuenta repentinamente que quería ser sanado. Él hizo la conexión necesaria con la vida de Dios en él y fue sanado. Pregúntate ahora “¿quiero ser sanado?” y alguna parte de ti responderá con un “¡Sí!” atronador. Tu curación ha comenzado. A veces puedes decir que sí y sin embargo, no dar los pasos necesarios para propiciar la curación. Por ejemplo, quizás no estás siguiendo ideas prácticas que promueven la curación. La voluntad de sanar quiere decir seguir la guía de Dios.Dar graciasTercero, la acción de gracias es necesaria. Las palabras de Jesús: “Padre, gracias te doy por haberme oído” (Jn. 11:41), demuestra Su énfasis en dar gracias. Jesús dio gracias antes de resucitar a Lázaro de entre los muertos, enseñándonos a dar gracias aún antes de que la curación física se haga evidente.Una actitud agradecida puede no ser fácil de desarrollar cuando un reto de salud es aparente; sin embargo, la práctica diaria de dar gracias por la vida de Dios en ti te ayudará a alimentar el sentimiento de gratitud. Si sabes, como lo sabía el escritor de Proverbios, que “El corazón alegre es una buena medicina” (Prov. 17:22) y mantienes tu corazón alegre y lleno de alabanza, bendices a tu cuerpo con energía sanadora.Cuando oras, bien sea por ti mismo o por otra persona, ve la vida de Dios en ti o en la otra persona llevando a cabo su obra sanadora y revitalizadora. Da gracias por toda evidencia de curación y permite que ésta se produzca.Ten fe. Ten la voluntad. Da gracias. Al utilizar estas tres cualidades, abres tu corazón a la curación. Ten la seguridad de que la curación —la curación perfecta— tiene lugar ahora.
sábado, 3 de octubre de 2009
En sólo cinco minutos puedes pasar de estar durmiendo en la cama a un temprano paseo matinal. En sólo cinco minutos puedes pasar de tener tus papeles desparramados por todo el escritorio a poner manos a la obra para dejar todo bien ordenado. En sólo cinco minutos puedes pasar de sentirte enojado y frustrado a estar decidido y enfocado.En sólo cinco minutos puedes modificar tu energía negativa en positiva. Cinco minutos no es tanto. Pasarán muy rápido. Dentro de cinco minutos, estarás nuevamente en medio de lo que sea que estabas haciendo, generando ya un nuevo impulso.Cambiar de dirección demanda esfuerzo, pero no requiere mucho tiempo. En sólo cinco minutos, puedes cambiar un comportamiento improductivo por uno que marque una verdadera diferencia. Si hay algo que deberías estar haciendo; date cinco minutos para comenzar a hacerlo. Luego utiliza ese impulso que acabas de crear y sigue avanzando hasta que la tarea esté cumplida. Date cinco minutos y haz un cambio para mejor, un cambio que puede durar toda una vida.
jueves, 1 de octubre de 2009
Perdonar
Indice de Reflexiones
-
►
2014
(31)
- ► septiembre (2)
-
►
2013
(192)
- ► septiembre (16)
-
►
2012
(276)
- ► septiembre (16)
-
►
2011
(211)
- ► septiembre (13)
-
►
2010
(306)
- ► septiembre (31)