"O iba a terapia o me separaba", cuenta Francisca. Llevaba nueve años de matrimonio y la situación se había vuelto crítica, al punto que "necesitaba alguien que desde fuera moderara; porque cuando llegas a darte cuenta de que todo está tan mal, ya no puedes ni conversar. Todo terminaba en pelea".
"En general las parejas van a terapia cuando duele, como al dentista", advierte Lister Rossel, psiquiatra de la Clínica Las Condes de Santiago de Chile.
"Pero cuando la crisis está muy avanzada -añade- es más difícil que las terapias produzcan un buen resultado. Siempre van a rendir más cuando los conflictos son menos severos y hay menos daño acumulado".
El matrimonio de Francisca siguió adelante, y bien, gracias a una serie de terapias. Pero cuando hay demasiadas heridas acumuladas lo habitual es que las parejas terminen separándose.
Justamente para evitar este escenario de crisis semiterminal es que en Estados Unidos se está desarrollando un estudio financiado por el Estado que consiste en someter a 217 parejas a chequeos anuales, para monitorear la salud de sus relaciones matrimoniales.
"Pensamos que estas revisiones anuales generar los mismos beneficios que un chequeo anual a la salud del cuerpo", dice James V. Córdova, profesor asociado de la Universidad de Clark en Worcester, Massachusetts, que dirige el estudio de seguimiento a las parejas.
Y aunque los resultados de la investigación todavía están en proceso de consolidación, los primeros hallazgos muestran que las parejas que participaron en el programa mejoraron su relación, básicamente a partir de detectar algunos comportamientos potencialmente corrosivos y luego introducir los correctivos necesarios para que no se convirtieran en problemas mayores que luego puedan llevar a una separación o ruptura definitiva.
"Estos chequeos cada tanto son útiles y necesarios. La misma pareja debe activarse y promover esta actividad de revisión permanente. No sólo de forma anual, sino cuando lo sientan necesario, como cuando han ocurrido cambios importantes recientemente o si alguno o ambos sienten que algo no los tiene del todo tranquilos en la relación", agrega la psicóloga Katusa Nishihara, directora de Prisma Psicología.
Hacerlo parece particularmente útil en los tiempos actuales, en los que sostener una relación estable y de largo plazo es cada vez más difícil. "La demanda de energía y tiempo fuera de la casa y fuera de la pareja es muy alta", con lo cual la relación de pareja se ve afectada, agrega Rossel.
Además, la pareja va cambiando, pero la matriz con que enfrenta los problemas suele seguir siendo la misma, es decir, no se actualiza.
"Por eso es bueno dar una mirada con más regularidad a la relación, y cuando se percibe que hay insatisfacción conyugal, hay que buscar ayuda, consultar con un profesional", sugiere la psiquiatra.
Y, tal vez, no siempre donde un psicólogo o psiquiatra. "Sería bueno que hubiera orientadores familiares, personas capacitadas profesionalmente, para apoyar a las parejas", dice Rossel.
Afortunadamente, existe una autoevaluación: el Cuestionario de Satisfacción Marital (LAZARUS/83)
1. ¿Estoy satisfecho con la cantidad de tiempo que conversamos?2. ¿Estoy feliz con los amigos en común?3. ¿Estoy satisfecho con nuestra vida sexual?4. ¿Estoy de acuerdo con la cantidad de tiempo que dedicamos al trabajo y la casa?5. ¿Estoy de acuerdo en cómo gastamos la plata?6. ¿Estoy satisfecho del tipo de padre o madre que eres?7. ¿Soy de la opinión de que 'estás en mi equipo'?8. ¿Me satisface el tiempo libre que pasamos juntos?9. ¿Me gusta tu mirada de la vida?10. ¿Estoy conforme con la manera que tienes de relacionarte con el resto de tu familia?11. ¿Me gusta la manera como te relacionas con los miembros de mi familia?12. ¿Estoy conforme con tus hábitos y tu apariencia?Si detecta 'problemas' en la mitad o más de las preguntas anteriores es claro que usted y su pareja necesitan buscar ayuda profesional. Si no es el caso, las preguntas 'en rojo' lo alertarán sobre dónde hay que empezar a poner más atención.
"En general las parejas van a terapia cuando duele, como al dentista", advierte Lister Rossel, psiquiatra de la Clínica Las Condes de Santiago de Chile.
"Pero cuando la crisis está muy avanzada -añade- es más difícil que las terapias produzcan un buen resultado. Siempre van a rendir más cuando los conflictos son menos severos y hay menos daño acumulado".
El matrimonio de Francisca siguió adelante, y bien, gracias a una serie de terapias. Pero cuando hay demasiadas heridas acumuladas lo habitual es que las parejas terminen separándose.
Justamente para evitar este escenario de crisis semiterminal es que en Estados Unidos se está desarrollando un estudio financiado por el Estado que consiste en someter a 217 parejas a chequeos anuales, para monitorear la salud de sus relaciones matrimoniales.
"Pensamos que estas revisiones anuales generar los mismos beneficios que un chequeo anual a la salud del cuerpo", dice James V. Córdova, profesor asociado de la Universidad de Clark en Worcester, Massachusetts, que dirige el estudio de seguimiento a las parejas.
Y aunque los resultados de la investigación todavía están en proceso de consolidación, los primeros hallazgos muestran que las parejas que participaron en el programa mejoraron su relación, básicamente a partir de detectar algunos comportamientos potencialmente corrosivos y luego introducir los correctivos necesarios para que no se convirtieran en problemas mayores que luego puedan llevar a una separación o ruptura definitiva.
"Estos chequeos cada tanto son útiles y necesarios. La misma pareja debe activarse y promover esta actividad de revisión permanente. No sólo de forma anual, sino cuando lo sientan necesario, como cuando han ocurrido cambios importantes recientemente o si alguno o ambos sienten que algo no los tiene del todo tranquilos en la relación", agrega la psicóloga Katusa Nishihara, directora de Prisma Psicología.
Hacerlo parece particularmente útil en los tiempos actuales, en los que sostener una relación estable y de largo plazo es cada vez más difícil. "La demanda de energía y tiempo fuera de la casa y fuera de la pareja es muy alta", con lo cual la relación de pareja se ve afectada, agrega Rossel.
Además, la pareja va cambiando, pero la matriz con que enfrenta los problemas suele seguir siendo la misma, es decir, no se actualiza.
"Por eso es bueno dar una mirada con más regularidad a la relación, y cuando se percibe que hay insatisfacción conyugal, hay que buscar ayuda, consultar con un profesional", sugiere la psiquiatra.
Y, tal vez, no siempre donde un psicólogo o psiquiatra. "Sería bueno que hubiera orientadores familiares, personas capacitadas profesionalmente, para apoyar a las parejas", dice Rossel.
Afortunadamente, existe una autoevaluación: el Cuestionario de Satisfacción Marital (LAZARUS/83)
1. ¿Estoy satisfecho con la cantidad de tiempo que conversamos?2. ¿Estoy feliz con los amigos en común?3. ¿Estoy satisfecho con nuestra vida sexual?4. ¿Estoy de acuerdo con la cantidad de tiempo que dedicamos al trabajo y la casa?5. ¿Estoy de acuerdo en cómo gastamos la plata?6. ¿Estoy satisfecho del tipo de padre o madre que eres?7. ¿Soy de la opinión de que 'estás en mi equipo'?8. ¿Me satisface el tiempo libre que pasamos juntos?9. ¿Me gusta tu mirada de la vida?10. ¿Estoy conforme con la manera que tienes de relacionarte con el resto de tu familia?11. ¿Me gusta la manera como te relacionas con los miembros de mi familia?12. ¿Estoy conforme con tus hábitos y tu apariencia?Si detecta 'problemas' en la mitad o más de las preguntas anteriores es claro que usted y su pareja necesitan buscar ayuda profesional. Si no es el caso, las preguntas 'en rojo' lo alertarán sobre dónde hay que empezar a poner más atención.
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