Una vez encontré a una pobre anciana que ganaba su precaria vida, realizando diariamente un trabajo penoso,
pero que era una cristiana alegre y triunfante.
"¡Ah! Nancy," le dijo una anciana melancólica un cierto día, "está bien el estar contenta ahora; pero creo que los pensamientos del futuro debieran hacerte sollozar."
"Solamente, supón por ejemplo, que te pusieses enferma y no pudieses trabajar; o supón que las personas que te tienen empleada se marchasen y ninguna otra te diese trabajo; o supón-" "Cállate," gritó Nancy, "Yo nunca supongo. El Señor es mi pastor, y sé que nada me faltará. Y mira," continuó diciendo a su melancólica amiga, "todas esas suposiciones son las que están haciendo que no puedas hacer nada. Lo mejor que puedes hacer, es, abandonar todas esas suposiciones y confiar en el Señor."
Hay un texto que puede terminar con todas las "suposiciones" de la vida de un creyente si se recibe y aplica con una fé infantil. Dicho texto se encuentra en Hebreos 13:5, 6: "Estad contentos de lo presente; porque El dijo, no te desampararé,ni te dejaré. De tal manera que digamos confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré, lo que me hará el hombre."
-H. W.S.
El águila que se remonta por el aire más elevado, no se preocupa cómo cruzar los ríos.-Seleccionado.
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Fuente: Manantiales en el Desierto.
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