Los Manantiales

Los Manantiales
Renovación para el alma

jueves, 14 de enero de 2010

Obrando Bien

-Esperé y esperé, y Morgan nunca regresó.Los ojos de Will se llenaron de lágrimas. Estas brotaron y rodaron por sus mejillas, mientras entre sollozos contaba la historia a su padre. Ya él se sentía como un "adulto" de cuatro años, no quería llorar, pero no pudo contenerse.-Está bien que llores, Will -respondió su padre-. Cuéntame que ocurrió.Con un gran supiro, Will continuó:- Sé que no debo pasar al fondo del edificio. Morgan jugaba conmigo. Él dijo que quería ir a la piscina y que regresaría. Esperé y esperé, pero nunca regresó a jugar conmigo.Con un latigazo en su pecho, el padre de Will se arrodilló y le tomó en sus brazos. Mientras Will se desahogaba contra su pecho, el llanto aminoraba y su padre dijo:-Will, estoy orgulloso de ti. Cuando estamos juntos me obedeces, eso me hace feliz; pero nada se compara al bienestar que experimento si haces lo correcto incluso si estoy ausente. Gracias. Te amo mucho, mi pequeño hombrecito.Las lágrimas pronto se enjugaron y Will continuó su juego. Su herido corazón percibió un bálsamo; las cosas estuvieron mejor por causa del amor y la seguridad que recibió de su padre. De hecho, él irradió felicidad cuando su progenitor se enorgulleció de él.Dios el Padre es comparable a eso. Él se conmueve por el dolor que sus hijos se causan entre sí y su corazón rebosa de gozo cuando obedecemos simplemente porque es lo correcto.
Mateo 3:17
Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.

www.RenuevoDePlenitud.com

No hay comentarios:

Indice de Reflexiones