Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ. (Romanos 1:17 LBLA)
Justo – En su libro El Escritor de Cartas, Tim Hegg hace un punto importante sobre la comprensión de Pablo sobre la justicia después de su encuentro con Cristo. Como fariseo, Pablo consideraba la justicia como el marcador identificador de los elegidos de Dios. Como creía que la elección era tema de heredad étnica, pensaba que todos aquellos capaces de trazar su linaje hasta Abraham eran considerados y marcados como justos ante Dios.
La salvación de los judíos estaba basada en la fe de Abraham. Esta marca de justicia al final se aplicó sólo a quienes descendían de Abraham.
Entonces sucedió algo. Pablo se encontró con el Cristo vivo. Su teología fue alterada dramáticamente. Vio la luz. La justicia no era un símbolo de estatus étnico. Era un símbolo de estatus espiritual. Indicaba el estado que el Dios justo imputaba a quienes confiasen en El. Así que como resumen de todo lo que Pablo sabe sobre la fe, cita Habacuc 2:4. Pero no lo cita de manera en que usualmente lo percibimos en ésta traducción del versículo.
El hebreo de Habacuc debería leer, “Es en la base de la fe que vive el justo.” En otras palabras, quién confía en Dios manifiesta justicia. Eso es lo quiere decir ser justo. Sobre a base de ésta confianza, esa persona vivirá. Eso significa que la confianza produce la clase de persona que persevera.
La justicia no es algo que procuro mientras coloco mi confianza en Dios. Dios me considera justo y por eso tengo fe en El. Como resultado, vivo mi vida basado en esa fe y esa es la demostración de justicia. Dice Hegg, “para Pablo, las palabras “justo” o “justicia”… no sólo describen una idea o ideal (como lo haría el griego) sino mas bien el carácter de santidad dentro de los confines de la relación – en éste caso, la relación del pecador con Dios así como la del hombre…Entrar al pacto (el cual adscribe el estatus de justo) también provoca la capacitación de vivir dentro de las guías de ese pacto- ´vivir sensatamente, justamente y de manera santa en la era presente.´”
Dios hace justos a los pecadores. Al hacerlo, capacita a los hombres y mujeres a vivir la demostración de esa justicia guardando Sus instrucciones de pacto. Eso significa que Habacuc no dice, “Es en la base de mi fe que recibo justicia.” El dice, “Aquellos marcados como justos son preservados en base a la fe (confianza).”
En otras palabras, aquellos que van hacia adelante después que Dios los ha escogido, viven según la fe que han colocado en Dios. Son miembros del pacto de gracia, y ese pacto afecta cada pensamiento, decisión y acción que toman en el mundo. La gracia los domina, los satura y los infunde hasta que no tienen otra manera de existir en el mundo. No ganaron esa gracia.
No vino de la herencia ni de sus esfuerzos personales, pero una vez que llegó, lo cambió todo dentro de ellos y sobre ellos. Y ahora no pueden vivir sin ella. Han sido marcados como justos y ahora viven justamente. Los dos van mano a mano.
Quizás nunca sabremos por qué nos escogió Dios. Lo único que sabemos es que fuimos confrontados, humillados y despojados. El nos escogió y nos sometió a Él. De ese momento en adelante, nuestras vidas exhibieron la llenura de la gracia, el cual tuvo como resultado de un proceso de exhibir justicia.
Dr. Skip Moen.www.SkipMoen.com
Justo – En su libro El Escritor de Cartas, Tim Hegg hace un punto importante sobre la comprensión de Pablo sobre la justicia después de su encuentro con Cristo. Como fariseo, Pablo consideraba la justicia como el marcador identificador de los elegidos de Dios. Como creía que la elección era tema de heredad étnica, pensaba que todos aquellos capaces de trazar su linaje hasta Abraham eran considerados y marcados como justos ante Dios.
La salvación de los judíos estaba basada en la fe de Abraham. Esta marca de justicia al final se aplicó sólo a quienes descendían de Abraham.
Entonces sucedió algo. Pablo se encontró con el Cristo vivo. Su teología fue alterada dramáticamente. Vio la luz. La justicia no era un símbolo de estatus étnico. Era un símbolo de estatus espiritual. Indicaba el estado que el Dios justo imputaba a quienes confiasen en El. Así que como resumen de todo lo que Pablo sabe sobre la fe, cita Habacuc 2:4. Pero no lo cita de manera en que usualmente lo percibimos en ésta traducción del versículo.
El hebreo de Habacuc debería leer, “Es en la base de la fe que vive el justo.” En otras palabras, quién confía en Dios manifiesta justicia. Eso es lo quiere decir ser justo. Sobre a base de ésta confianza, esa persona vivirá. Eso significa que la confianza produce la clase de persona que persevera.
La justicia no es algo que procuro mientras coloco mi confianza en Dios. Dios me considera justo y por eso tengo fe en El. Como resultado, vivo mi vida basado en esa fe y esa es la demostración de justicia. Dice Hegg, “para Pablo, las palabras “justo” o “justicia”… no sólo describen una idea o ideal (como lo haría el griego) sino mas bien el carácter de santidad dentro de los confines de la relación – en éste caso, la relación del pecador con Dios así como la del hombre…Entrar al pacto (el cual adscribe el estatus de justo) también provoca la capacitación de vivir dentro de las guías de ese pacto- ´vivir sensatamente, justamente y de manera santa en la era presente.´”
Dios hace justos a los pecadores. Al hacerlo, capacita a los hombres y mujeres a vivir la demostración de esa justicia guardando Sus instrucciones de pacto. Eso significa que Habacuc no dice, “Es en la base de mi fe que recibo justicia.” El dice, “Aquellos marcados como justos son preservados en base a la fe (confianza).”
En otras palabras, aquellos que van hacia adelante después que Dios los ha escogido, viven según la fe que han colocado en Dios. Son miembros del pacto de gracia, y ese pacto afecta cada pensamiento, decisión y acción que toman en el mundo. La gracia los domina, los satura y los infunde hasta que no tienen otra manera de existir en el mundo. No ganaron esa gracia.
No vino de la herencia ni de sus esfuerzos personales, pero una vez que llegó, lo cambió todo dentro de ellos y sobre ellos. Y ahora no pueden vivir sin ella. Han sido marcados como justos y ahora viven justamente. Los dos van mano a mano.
Quizás nunca sabremos por qué nos escogió Dios. Lo único que sabemos es que fuimos confrontados, humillados y despojados. El nos escogió y nos sometió a Él. De ese momento en adelante, nuestras vidas exhibieron la llenura de la gracia, el cual tuvo como resultado de un proceso de exhibir justicia.
Dr. Skip Moen.www.SkipMoen.com
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