Quizá haya algunas confesiones que tengamos que hacer para que podamos tener una comunión de cerca con Dios. Tenemos que cooperar con Él. Usted puede tomar una botella, taparla bien con un corcho y ponerla debajo de las Cataratas de Niágara, y ni una gota de esa cantidad de agua entrará en la botella. El hecho de no con confesar es como ponerle un corcho a una botella –nada va a entrar. Está sellada. Si hay algún pecado en mi corazón que no estoy dispuesto a confesar, ni a dejarlo, no tengo que esperar bendiciones.
Los hombres que han tenido poder con Dios en oración siempre han comenzado al confesar sus pecados. Vea el ejemplo de las oraciones de Jeremías y Daniel. Vemos que Daniel confiesa sus pecados cuando no hay ningún pecado registrado en su contra. Si buscamos la cercanía con Dios y deseamos sus bendiciones, no vacilemos en poner ante Él nuestros defectos y fracasos.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo
para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1:9
Tomado del Libro D. L. Moody
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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