Cuán fugaces son la gloria y el orgullo de este mundo. Si somos sabios, viviremos para Dios y la eternidad. Dedicaremos nuestro tiempo y energía para buscar las cosas duraderas. Iremos más allá de nosotros mismos y no nos importará el honor ni la gloria de este mundo.
En Proverbios leemos, “El que gana almas es sabio” (11:30). Si cualquier hombre, mujer o niño, que tiene una vida piadosa y es ejemplo puede ganar un alma para Dios, su vida no habrá eclipsado a todos los hombres poderosos de su tiempo, porque habrá puesto a funcionar una corriente que fluirá sin parar por siempre.
Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento;
y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.
Daniel 12:3
Tomado del Libro D. L. Moody
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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