Los Manantiales

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Renovación para el alma

miércoles, 16 de julio de 2008

La felicidad vista por un niño

Luz Stella Rozo, en su libro "La felicidad - Un camino a la prosperidad" narra
"Me llegó a las manos a travès de mi querida amiga Diana Gurwicks, una fotocopia de lo que escribió un niño de 11 años a requerimiento de la psicologa de su colegio. Este niño no quiere pelear con sus compañeros de colegio. Cuando lo provocaban, siempre rehuìa la pelea. Esta actitud tan poco comùn, extrañó a la psicóloga quien le pidió a Jesús Rafael Oliver, que se sentara solo y escribiera lo que quisiera. El niño dibujó dos manos humanas entrelazadas como saludándos, dándose apoyo y confianza una a la otra. También el globo terráqueo y sobre èl, el signo universal de la paz, y a un lado, en letras mayúsculas, escribió "EL MUNDO HAY FELICIDAD". Es decir: la decretó. Como una especie de carta, escribió:
"Yo quiero que todas las personas que conozco y que no conozco, sean mis amigos; yo quiero la felicidad para mi familia; yo quiero que en el mundo haya paz y felicidad. Yo quiero que la luz de la sabiduría ilumine a todos los que aprenden en el mundo; yo quiero que los problemas del mundo desaparezcan. Yo quiero que los que son y van a ser lìderes del mundo sepan hacer y ejercer su cargo llevando al mundo por el camino del bien; yo quiero que los defectos del mundo, el mal, el odio, la ira, la rabia y todo lo malo de la tierra se vaya; yo quiero ser feliz y que todos los demàs sean también felices; yo quiero amar y ser amado por todos; yo quiero que mi hermano crezca y camine siempre por la senda del bien; yo quiero comprender y ser comprendido. Yo quiero la felicidad pra todos"
Los padres del niño son personas muy creyentes en los principios espirituales. El niño además de sus cualidades intrínsecas tiene la suerte infinita de tener unos padres que son de auténticos buenos sentimientos y que han sabido inculcarlos en el hijo, no solamente con palabras, sino con lo màs importante: el ejemplo.
A este niño le han enseñado lo que predicaba Ghandi: La no Violencia. Al contrario de muchos padres, que le inculcan a su hijo que debe ser macho, no dejarse de nadie, no ser bobo, ser màs vivo que los demás. Y por eso es que estamos como estamos: reina la agresividad en los jóvenes, quítate tú, para ponerme yo. Primero yo, segundo yo, tercero yo, y los demás que se fastidien. Si en lugar de esa educaciòn y enseñanza errada, se nos hubiera enseñado a todos que lo màs importante es el amor, la comprensiòn, la caridad, la tolerancia, què distinto sería nuestro entorno. Qué felices seríamos todos.
QUE DIOS LOS BENDIGA Y LOS LLENE DE AMOR Y PAZ INTERIOR

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