¿Qué defecto tienes? Imagínate que eres un recipiente de barro con grietas. ¡Dios quiere hacer algo impresionante con tus defectos! Como vemos en la primera lectura de hoy, tenemos dentro de nosotros un regalo que compartir inapreciable. Y aunque este tesoro está almacenado en un recipiente de barro, es invalorable en las manos de Dios.
Nuestros defectos son la prueba de que Dios está vivo dentro de nosotros, porque él alimenta el mundo por medio de nosotros, con su agua de vida, a pesar de nuestros defectos. Permíteme compartir contigo una historia que yo encontré cuando necesité aprender esta verdad yo misma.
Había una vez, un sirviente que traía agua para su maestro en dos ollas grandes, las cuales cargaba en las orillas de un asta que colocaba a través de su cuello. Una de las ollas tenía una grieta; la otra estaba perfecta. Para cuando el sirviente llegaba del arroyo a la casa del maestro, la olla agrietada había perdido la mitad de su agua.
"Yo me avergüenzo," dijo la olla agrietada. ¿"Por qué"? preguntó el portador del agua. La olla contestó, "he estado entregando sólo la mitad de mi carga. Esta grieta que tengo en mi lado causa que se salga el agua todo el camino hasta la casa de tu maestro. Y por causa de mis desperfectos, tú tienes que hacer más trabajo".
El hombre sintió compasión por la olla y dijo, "Hoy cuando regresemos a la casa del maestro, yo quiero que veas las hermosas flores a lo largo del camino". Entonces la olla agrietada vio todas las flores por el camino, y esto la animo un poco. Pero al final del camino, todavía se sentía mal porque otra vez había tirado la mitad de su carga.
El portador de agua le dijo, ¿"Te distes cuenta que solo había flores en tú lado del camino, pero no en el lado de la otra olla? Eso es porque yo siempre he sabido de tu desperfecto, y yo tomé ventaja de ello. Planté semillas de flores en tú lado del camino. Cada día, tú las has estado regando. Estas flores son utilizadas para decorar la mesa de mi maestro. Sin tus grietas, él no tendría esta belleza en su casa".
En la lectura de 2 Corintios, escucha las palabras consoladoras: Soy afligido, pero (con la ayuda de Dios) yo no soy aplastado. Estoy lleno de dudas, pero (con la ayuda de Dios) yo no desespero. Soy perseguido, pero (con la ayuda de Dios) nunca abandonado. Soy derribado, pero (con la ayuda de Dios) nunca destruido.
A esto podríamos agregar: Soy agrietado, pero (con la ayuda de Dios) no inútil.
Nada se desperdicia cuando le entregamos nuestros defectos a Dios. Ni nuestras imperfecciones, ni nuestros errores, ni nuestras debilidades, ni nuestras penas. Todo depende de que tan dispuestos estemos de permitir que Dios transforme nuestros defectos en flores - "para que la gracia dada en abundancia pueda traer aun más gloria a Dios".
¡Si no estás contento contigo mismo, pídele a Dios que te muestre las flores que tú has ayudado a crecer!
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Matthew 5:3-9
Alex Lloyd
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