Los Manantiales

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Renovación para el alma

sábado, 19 de noviembre de 2011

El camino a la bendición


Robin y Esteban desarrollan un ministerio de consejería que les proporciona muy pocos ingresos. Hace poco, un problema familiar los obligó a hacer un viaje de unos 8.000 kilómetros en su vieja camioneta.
     Después de resolver la crisis, empezaron el viaje de regreso. Cuando todavía les faltaban más de 3.000 kilómetros para llegar a su casa, el vehículo comenzó a fallar. Un mecánico lo revisó y les dijo: «Se fundió. Hay que cambiar el motor».
     Como no podían pagarlo, la única opción era ejercitar la paciencia y lograr que la camioneta llegara a destino. Tres días después, más varios litros de aceite y una gran cantidad de oraciones, milagrosamente llegaron con el coche hasta el garaje. Más tarde, oyeron sobre un «misionero de automóviles» que ayudaba a gente que servía al Señor. Tras asombrarse de que la camioneta había llegado, ofreció cambiar el motor gratis. Si Esteban lo hubiese arreglado antes, le habría costado miles de dólares, que no tenía.
     En Éxodo 15, Dios guiaba a los israelitas por el desierto. Después de tres días de viaje, se quedaron sin agua y no podían conseguirla. Pero el Señor sabía lo que pasaba. En realidad, en Mara (v. 25) y en Elim (v. 27) les aguardaba una solución. Dios no solo resolvió el problema del agua, sino que también les dio un lugar para descansar.
     Aunque nuestras circunstancias parezcan difíciles, podemos confiar en la guía del Señor. Él ya sabe qué necesitaremos cuando lleguemos allí.
 
Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán;
    Me conducirán a tu santo monte,
    Y a tus moradas.
Salmos 43:3
 
Tomado Del Libro Nuestro Pan Diario
Rbc Ministerio
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

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