"Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia: conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.
"Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado: hazme saber el camino por donde ande, porque a Ti he alzado mi alma.
"Escucha mi voz, cuando Te invocare. Sea enderezada mi oración delante de Ti como un perfume . . . Pon, oh Jehová, guarda a mi boca: Guarda a la puerta de mis labios.
"examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: Pruébame y reconoce mis pensamientos: Y ve si hay en mi camino de perversidad, y guíame en el camino eterno".
(Salmos 51; 143; 141; 139)
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