Los Manantiales

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Renovación para el alma

jueves, 16 de octubre de 2008

Dios cuida de nosotros

Es casi imposible dormir, si estás "demasiado tenso". ¿El recuerdo de los eventos del día, te impide conciliar el sueño? ¿ Sientes a veces como si escalaras una montaña y empujaras una inmensa piedra con un palo diminuto? Memoriza las siguientes palabras:
Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra.
Salmos 121:1-2
¿Estas preocupado ante la posibilidad de cometer errores, de causarle una desilusión a tu jefe, o fallarle a tu familia? Graba en tu interior estas palabras:
No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá no dormirá el que guarda a Israel.
Salmos 121:3-4¿
Te afectan a tal grado las innecesarias ansiedades que a veces por tu vida o por tu salud? Memoriza lo siguiente:
El señor es tu guardador; el Señor es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te herirá de día, ni la luna de noche.
Salmos 121:5-6
¿Has comenzado ya a agonizar por las fechas límites del próximo mes, los impuestos por pagar el año venidero, la matrícula universitaria que hay que costear en diez años, o por suplir fondos a tu cuenta de jubilación de aquí a treinta años? ¿Cargas todo esto al disponerte a reposar tu cabeza en la noche, sobre la almohada? Aprender las siguientes palabras:
El Señor te protegerá de todo mal;
Él guardará tu alma.
El Señor guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.
Salmos 121:7-8
¡Acabas de memorizar un salmo completo! Repítelo cada noche. Sustituye "tu" por "mi", y "te" por "me" de modo que lo personalices. Entonces, descansa sabiendo que Dios te tiene a ti, tu vida y al resto del universo, bajo Su control.
Jeremías 31:26
Y mi sueño me fue agradable.
Dios quiere cuidar de nosotros, pero para permitírselo, nosotros debemos dejar de cuidarnos. Muchas personas quieren que Dios se ocupe de ellas mientras se preocupan o tratan de encontrar una respuesta, en lugar de esperar la dirección de Dios. En realidad, lo que hacen es revolcarse en sus propias "cenizas" y aún así, pretenden que Dios les dé gloria. Para que Dios nos dé de su gloria debemos darle las "cenizas".
Le entregamos nuestras preocupaciones confiando en que Él puede y habrá de cuidar de nosotros. Hebreos 4:3 dice: "En tal reposo entramos los que somos creyentes (los que unimos, confiamos y descansamos en Dios)..."Entramos en el reposo de Dios a través de la fe. La preocupación es lo opuesto a la fe. La preocupación nos roba la paz, nos desgasta físicamente y puede aun enfermarnos. Si estamos preocupados, no confiamos en Dios, y tampoco entramos en su reposo
.¡Qué gran negocio! Tú le das a Dios cenizas, y Él te da gloria. Le entregas todas tus preocupaciones y problemas, y Él te da protección, estabilidad, un lugar de refugio y plenitud de gozo, el privilegio de ser cuidado por Él.
Jesús no se preocupó, y nosotros tampoco debemos hacerlo.
Salmos 91:1
El que habita al abrigo del Altísimo, se acoge a la sombra del Todopoderoso (cuyo poder ningún enemigo puede frenar).
Alex Arguello

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