1. Cuidarás tu presentación todos los días. Vístete bien, arréglate como si fueras a una fiesta. Qué más fiesta que la vida.
2. No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación. Nada de jugar al enclaustrado o al preso voluntario. Saldrás a la calle y al campo de paseo. El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.
3. Amarás al ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasio, una caminata razonable dentro o fuera de casa. Contra inercia, diligencia.
4. Evitarás actividades y gestos de viejo derrumbado. La cabeza gacha, la espalda encorvada, los pies arrastrándose. ¡No! Que la gente diga un piropo cuando pasas.
5. No hablarás de tu vejez ni te quejarás de tus achaques. Con ello, acabarás por creerte más viejo y más enfermo de lo que en realidad estás. Y te harán el vacío. Nadie quiere estar oyendo historias de hospital. Deja de autollamarte viejo y considerarte enfermo.
6. Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas. Al mal tiempo buena cara. Sé positivo en los juicios, ten buen humor en las palabras, sé alegre de rostro, amable en los ademanes. Se tiene la edad que se ejerce. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo.
7. Serás útil a ti mismo y a los demás. No eres un parásito ni una rama desgajada voluntariamente del árbol de la vida. Bástate hasta donde sea posible y ayuda. Ayuda con una sonrisa, con un consejo, un servicio.
8. Trabajarás con tus manos y tu mente. El trabajo es la terapia infalible. Cualquier actitud laboral, intelectual, artística... Medicinas para todos los males, la bendición del trabajo.
9. Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego que las que anudan dentro del hogar, integrándose a todos los miembros de la familia. Ahí tienes la oportunidad de convivir con todas las edades, niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestrario de la vida.Luego ensancharás el corazón a los amigos, con tal que los amigos no sean exclusivamente viejos como tú. Huye del bazar antigüedades.
10. No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor. Deja de estar condenando a tu mundo y maldiciendo tu momento. Alégrate de que ser parte del mismo y poder ver muchas cosas lindas y nuevas.¡No te olvides de reír a menudo para mantener la salud!
Si bien tan sólo un pequeño segmento de los que reciben este correo pudieran considerarse como en franco proceso de envejecimiento físico, lo cierto es que cada vez es más común toparnos con los viejos “prematuros”, gente relativamente joven que pareciera haber renunciado al gozo y al entusiasmo de la etapa de la vida que les corresponde.
Bueno, lo cierto es que también necesitamos poner cuidado en estos “mandamientos” para animar a nuestros viejecitos a que no caigan en la trampa que ellos pretenden evitar. Vamos, vamos, pongámonos “mosca” (citando las sabias palabras del Chavo del Ocho) y atrevámonos a disfrutar nuestra vejez y ayudar a otros a hacer lo mismo. Pongamos esto en práctica , ¿habrá acaso un grupo mejor que merezca recibir estos “mandamientos” y ser rescatados de una vejez insípida?.Hagámoslo de todo el corazón y que Dios agregue más bendición a sus vidas.
Si bien tan sólo un pequeño segmento de los que reciben este correo pudieran considerarse como en franco proceso de envejecimiento físico, lo cierto es que cada vez es más común toparnos con los viejos “prematuros”, gente relativamente joven que pareciera haber renunciado al gozo y al entusiasmo de la etapa de la vida que les corresponde.
Bueno, lo cierto es que también necesitamos poner cuidado en estos “mandamientos” para animar a nuestros viejecitos a que no caigan en la trampa que ellos pretenden evitar. Vamos, vamos, pongámonos “mosca” (citando las sabias palabras del Chavo del Ocho) y atrevámonos a disfrutar nuestra vejez y ayudar a otros a hacer lo mismo. Pongamos esto en práctica , ¿habrá acaso un grupo mejor que merezca recibir estos “mandamientos” y ser rescatados de una vejez insípida?.Hagámoslo de todo el corazón y que Dios agregue más bendición a sus vidas.
Salmo 71:9 No me deseches en el tiempo de la vejez; no me desampares cuando mi fuerza se acabe. Aun en la vejez y en las canas, no me desampares, oh Dios, hasta que proclame a la posteridad las proezas de tu brazo, tu poderío a todos los que han de venir.
Salmo 37:25 Yo he sido joven y he envejecido; pero no he visto a un justo desamparado, ni a sus descendientes mendigando pan.
Proverbios 23:22 Escucha a tu padre, que te engendró; y cuando tu madre envejezca, no la menosprecies.
Alex Arguello
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