Los Manantiales

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Renovación para el alma

domingo, 13 de septiembre de 2009

CONSTANCIA

Qué importante es la capacidad de no hundirnos en nuestras desgracias, de no bajar los brazos ante el infortunio.. . por pesado que éste sea.
Por diez años, Tomás Edison intentó una batería de almacenaje de cargas eléctricas. Sus esfuerzos, estrangularon en gran medida sus finanzas; entonces, en diciembre de 1914, una combustión espontánea en su estudio, casi lo llevó a la ruina. En minutos todos los compuestos empacados para discos o cintas y otras sustancias inflamables ardieron en llamas. Aunque los departamentos de bomberos vinieron de ocho pueblos circundantes, el intenso calor y la poca presión de agua provocaron que fuera inútil extinguir las llamas.
Todo quedó destruido. Mientras el daño excedía a los dos millones de dólares, los edificios de cemento, que se consideraban construidos a prueba de fuego, estaban asegurados apenas por ladécima parte de esa cantidad. Charles, el hijo del inventor, de veinticuatro años de edad, buscó con desesperación a sus padre,temeroso de que su espíritu resultara dañado. Finalmente lo encontró, contemplando con serenidad el fuego, su rostro resplandecía mientras reflexionaba. "Mi corazón se dolía por él",decía Charles."El tenía sesenta años, ya no era un joven, y todo ardía en llamas".
Cuando me vio, dio voces: "Charles, ¿dónde está tu madre?". Al decir que no sabía, él dijo: "¡Encuéntrala, tráela aquí!. No va a tener la oportunidad de ver algo como esto, mientras viva". La mañana siguiente, Edison contempló las ruinas y exclamó: "Hay algo valioso con el desastre. Se quemaron todos nuestros errores. Gracias a Dios podemos comenzar de nuevo". Tres semanas después del incendio, Edison se las ingenió para inventar el primer fonógrafo.
"Con cada nuevo día tenemos la oportunidad de comenzar de nuevo,frescos, sin tener en cuenta las circunstancias que nos rodean".
Permítele al Señor mostrarte cómo recuperar la esperanza entre los escombros, ¡no te imaginas el gozo que está por delante!. Esto nos deja ver que a veces el Señor nos habla a través de los acontecimientos, a través de las tormentas que nos acechan; en cada cosa que nos sucede Él nos habla, pero qué difícil se nos hace escuchar Su voz en medio de las tormentas, y en medio de las tempestades del diario vivir. El gran problema es que... ¡no sabemos escuchar la voz del Señor!.Desde el silencio de nuestro corazón Él nos habla.
Abre los oídos del corazón para que le puedas escuchar. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que éstas producen "paciencia". Romanos 5,3.
Estamos seguros que todo esto lo conocemos, pero la realidad es que muy pocos lo llevamos a la práctica, es por eso que es realmente necesario seguirlo recordando hasta que el mensaje sea puesto en práctica.
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fuego_para_ el _alma@yahoo.es

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