Pediste al Señor que te diera paciencia? ¿Se lo pediste en oración y a pesar de todo te viste atribulado? ¿ Crees que no te respondió? Sí, Dios oyó y contestó plenamente tu oración: "La tribulación produce paciencia", ¿ no era eso lo que tu alma anhelaba? Pediste al Señor que te diera sumisión. Se lo pediste y a pesar de todo sufres. ¡ Que no te respondió, te lamentas? Sí, si te respondió, porque aprendemos obediencia a través de los amargos sufrimientos. ¿Pediste al Señor que te diera generosidad? Se lo pediste y Él te pidió un sacrificio. ¿Es demasiado lo que te pidió? Él oyó y contestó plenamente tu oración porque aprendemos a ser generosos cuando el sacrificio lo hacemos gustosos, Pediste al Señor que te diera victoria y comenzaron las batallas. ¿Se escondió el Señor en la hora de la lucha? No, Él oyó y respondió plenamente tu oración, porque en medio de las luchas cotidianas aprendemos a luchar para obtener la victoria. Pediste al Señor que te diera humildad y te vinieron tormentos. Pero Él si te oyó y respondió: La humildad y las fuerzas para llevar fruto son para los que conocen los tormentos de la vida. No debemos contar lo que vemos, sino las cosas de arriba; porque lo que se ve es perecedero, y arriba están Dios y su amor. Las cosas grandes están más allá de la vida terrena, no las vemos todavía; pero allí en el cielo, serán nuestras para siempre jamás --- Josefina Hope Westervelt.
Tomado: Manantiales en el Desierto Segundo Tomo Señora Cowman
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