Según 2 Corintios 10:3-5, la mente es el campo de batalla. Estamos en una guerra espiritual que debemos pelear con armas espirituales.
Usando estas armas, refutamos las mentiras del enemigo, los argumentos, las teorías, los razonamientos y cualquier otra cosa que trate de exaltar en contra de la verdad de la Palabra de Dios.
Tenemos que llevar nuestros pensamientos cautivos y no permitirnos el lujo de recibir y meditar acerca de cualquier pensamiento que nos llega a la cabeza. Tenemos que disciplinarnos para “pensar acerca de lo que estamos pensando”. Esto requiere del ejercicio y práctica.
El arma principal que usamos para la guerra es la Palabra de Dios aplicada en varias maneras: predicada, enseñada, cantada, confesada, meditada, escrita, y leída. La palabra de Dios tiene un efecto purificador en nuestras mentes en todas las formas que usamos.
Antes tenía una mente negativa, vagando y cuestionando. Ahora, después de muchos años de poner en práctica la Palabra, y con la ayuda del Espíritu Santo, puedo decir con confianza. “Tengo la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16).
Tú puedes ganar la batalla en tu mente, cada fortaleza puede ser destruida y cada decepción puede ser revelada, ¡No aceptes menos que la libertad total!
Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios,
y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.
2 Corintios 10:5
Tomado del Libro Vida en La Palabra
Joyce Meyer
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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