Los Manantiales

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Renovación para el alma

viernes, 15 de agosto de 2008

LA SOLEDAD -Reflexión

En el periódico local de mi ciudad salió el siguiente anuncio clasificado:“¿Existe algún lugar en el que podamos pedir prestado a un niñito de tres o cuatro años de edad para las fiestas de Navidad? Tenemos un lindo hogar y nos ocuparíamos muy bien de él, devolviéndolo sano y salvo. Nosotros tuvimos un niñito, pero no pudo quedarse, y lo extrañamos mucho cuando llega la Navidad.” -N. M.
Al leer este anuncio, algo sucedió dentro de mí. Por primera vez desde la muerte de mi esposo, pensé en el dolor como si le perteneciera a alguien más. Leí y releí esa carta al editor.
Algunos meses antes, había recibido noticias desde Washington de que a mi esposo lo habían matado mientras estaba de servicio en el extranjero.
Llena de dolor, había tomado a mi pequeño hijo y me había mudado al pueblito donde nací.Empecé a trabajar para ayudar a mantener a mi hijo y el tiempo había ayudado a borrar algunas cicatrices de mi corazón.
Pero en ciertas ocasiones, el dolor regresaba y la soledad me agobiaba; especialmente para los cumpleaños, nuestro aniversario de bodas y las fiestas.
Esta Navidad en especial, el antiguo dolor había comenzado a revivir cuando mis ojos avistaron el anuncio en el periódico.“Nosotros tuvimos un niñito, pero no pudo quedarse y lo extrañamos mucho…”Yo también sabía lo que significaba el sentimiento de una pérdida, pero tenía a mi pequeño hijo. Sabía cuán triste podía ser el resplandor de la Navidad a no ser que se refleje en los ojos de unos niños.
Respondí al anuncio. El remitente era un viudo que vivía con su madre. Había perdido a su adorada esposa y a su pequeño hijo el mismo año.
Esa Navidad, mi hijo y yo compartimos un día alegre con el viudo y su madre. Juntos, reencontramos una felicidad que, dudábamos, podía regresar. Pero lo mejor de todo eso fue que desde entonces he podido conservar esa alegría a través de los años y durante todas las Navidades, el hombre que escribió esa carta, meses después se convirtió en mi esposo.N.H.Mueller
Isaías 43:19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
Isaías 41:19 Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente-
Isaías 51 .3 Ciertamente consolará El señor a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Dios; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto
Alex Arguello

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