Los Manantiales

Los Manantiales
Renovación para el alma

jueves, 29 de septiembre de 2011

Dios quiere que yo esté bien

Dios quiere que usted esté bien, lleno de vida y vigor durante toda su vida. Créalo. Dé gracias por ello todos los días diciendo en voz alta: "Dios quiere que yo esté bien". La Biblia lo confirma: "Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud así como prospera tu alma." (3 S.Juan V.2)
Al crear el cuerpo humano. Dios hizo el instrumento más complicado y sorprendente que se haya visto. Lleno de órganos destinados a durar años y funcionar en perfecta armonía como un todo bien equilibrado. Agrególe un cerebro, que consta de unas tres libras de tejido capaz de pensar, razonar, recordar, concebir ideas, y producir obras nobles. Como culminación de todo esto, puso en el centro de cada ser humano un espíritu o alma que le permite conocer al Creador y vivir con El en el tiempo y en la eternidad. ¡Asombroso!
El versículo de la tercera epístola de San Juan relaciona la salud del cuerpo con la salud del alma. Si el alma y la mente se mantienen libres del mal y de los pensamientos y actitudes negativas, el cuerpo permanecerá sano. La enfermedad del alma, por el contrario puede producir la muerte: "El alma que pecare, esa morirá" Ezequiel 18:4)
Esta total integración es lo que todos debiéramos buscar en todo momento. Jesucristo nos enseñó a pedirle a Dios que nos libre del mal. Cuando con sinceridad pedimos perdón, renacemos y somos renovados____ creados de nuevo en mente y alma según el proceso que se describe en
Salmo 103: 2-5:

Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él es quien perdona todas tus iniquidades,
El que sana todas tus dolencias;
El que rescata del hoyo tu vida.
El que te corona de favores y misericordia;
El que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.



Señor, dame salud.
Señor, dame integración.
Señor, dame santidad.

Estas palabras traerán una profunda paz y descanso a su mente y a su cuerpo.
Mañana, sitúese usted frente a una ventana abierta, respire profundamente, échele una mirada al rincón del mundo donde usted vive, y diga en alta voz:

Gracias te doy, Señor, porque estoy vivo.
Gracias por mi familia y mis amigos.
Hoy va a ser un gran día.
Tengo grandes esperanzas por lo que me traerá el día de hoy.
Me propongo vivir todo minuto de él intensamente.
El Señor hizo este día: yo me regocijaré y gozaré de él.

Una vez, después de pronunciar un enérgico discurso de cuarenta y cinco minutos. un periodista me preguntó:"¿Cuál es el secreto de su sorprendente energía?"
Probablemente esperaba que yo le dijera algo referente al ejercicio, el régimen alimenticio, hábitos de dormir, o características hereditarias, pero yo me quedé viéndolo en silencio durante algunos minutos y al fin le dije:
- ¿Quiere usted saber el verdadero secreto de la salud y la energía?.
- Desde luego que sí - contestó con fervor.
- Está en el libro de Isaías, capítulo cuarenta, versículo treinta y uno:

Mas los que esperan en el Señor
Tendrán nuevas fuerzas:
Se remontarán como águilas;
correrán y no se cansarán;
caminarán y no se fatigarán.

Esta afirmación ha tenido tanto que ver con mi permanente salud y energía personal, que le recomiendo usarla a todo el que realmente quiera tener salud y energía. Se les promete fuerza a "los que esperan en el Señor". Eso significa, desde luego, una actitud de fe en que usted será fortalecido y conservado sano por Dios mismo, concentrando su vida y sus pensamientos en Él.

Tomado del libro "Por qué algunos pensadores positivos obtienen resultados poderosos."
Norman Vincent Peale



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