Su descendencia será poderosa; se bendecirá la generación de los justos.
Habrá en su casa abundancia y riquezas.
Brillará en las tinieblas como faro que guía a los clementes, misericordiosos y justos.
Protégeme, Señor de las envidias.
Dichoso el que piensa en el necesitado;
en el día de la calamidad le salvará el Señor,
El lo protege y le conserva la vida, le hace feliz en la tierra, y no lo entrega a la voluntad de sus enemigos.
El Señor le socorre en el lecho de dolor; le alivia los dolores cuando está enfermo.
Bendito Seas, Señor, por los siglos de los siglos. Amén.
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