Los Manantiales

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Renovación para el alma

sábado, 17 de diciembre de 2011

Adorar a Dios


Adoración. En dos mil años no hemos superado nuestros defectos. Aún luchamos por las palabras adecuadas en la oración. Aún manejamos torpemente las Escrituras. No sabemos cuándo arrodillarnos. No sabemos cuándo ponernos de pie. No sabemos cómo orar.
     La adoración es una tarea que nos atemoriza.
     Por esa razón Dios nos ha dado los Salmos: un libro de alabanza para el pueblo de Dios. Esta colección de himnos y peticiones está enlazada por un hilo: un corazón que tiene hambre de Dios.
     Algunos salmos son desafiantes. Otros son reverentes. Algunos son para cantar, otros son para orar. Algunos son intensamente personales. Otros están escritos como si el mundo entero los fuera a repetir.
     Esa variedad debería recordarnos que la adoración es cosa personal. No existe una fórmula secreta. Cada uno adora en forma diferente. Pero todos debemos adorar a Dios.
 
Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
    Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.
Salmos 95:6-7
 
 
Tomado del Libro Promesas Inspiradoras de Dios
Autor: Max Lucado
 
 
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
 

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