“Vuestra gentileza sea conocida por todos los hombres. El Señor está cerca” Filipenses 4:5.
En una ocasión un padre y su hijo adolescente se encontraban en una fila para comprar los boletos para entrar al circo. Una familia estaba delante de ellos. Esta familia tenía como ocho hijos, todos menores de 12 años. No tenían mucho dinero. Su ropa no era costosa, pero estaba limpia. Los niños se comportaban bien en la fila de dos en dos, detrás de sus padres. Hablaban entusiasmados sobre los payasos que verían, los elefantes y los demás actos. Se notaba que nunca habían asistido al circo. Prometía ser un acontecimiento en sus vidas. El padre y la madre se encontraban frente al grupo sumamente orgullosos.
La encargada de la taquilla le preguntó al padre cuantos boletos quería y él dijo, 0cho niños y dos adultos. La encargada le mencionó el precio. La esposa del hombre le soltó la mano y bajó la cabeza, el labio del hombre comenzó a temblar. El hombre exclamó: Cuanto dijo?. La empleada repitió. El hombre no tenía suficiente dinero. Al ver lo que sucedía el hombre que estaba con su hijo adolescente detrás, metió su mano en el bolsillo y dejó caer un billete de 20 pesos y luego toco al hombre de los ocho niños en el hombre le dijo: Señor, se le cayó un billete.
El hombre supo lo que sucedía. No pedía ayuda, pero en verdad la apreció en esa situación desesperada, angustiosa y vergonzosa. Miró al segundo hombre directamente a los ojos, tomó sus mano con las suyas, la oprimió con fuerza sobre el billete de 20 y con el labio tembloroso y una lágrima rodando por su mejilla , respondió: “Gracias, gracias señor. Esto significa en verdad mucho para mi y para mi familia”. El segundo hombre salió de la fila y se fue con su hijo a casa. Esa noche no fueron al circo porque compartieron su dinero con un desconocido, pero no regresaron sin nada a casa. Hoy quiero reflexionar sobre este hecho y comprender que el Señor hoy me presentará muchas oportunidades para demostrar mi gentileza delante de todos los hombres. En este mundo se necesitan desesperadamente actos de amor y gentileza. Hoy es día de expresión de amor.
La encargada de la taquilla le preguntó al padre cuantos boletos quería y él dijo, 0cho niños y dos adultos. La encargada le mencionó el precio. La esposa del hombre le soltó la mano y bajó la cabeza, el labio del hombre comenzó a temblar. El hombre exclamó: Cuanto dijo?. La empleada repitió. El hombre no tenía suficiente dinero. Al ver lo que sucedía el hombre que estaba con su hijo adolescente detrás, metió su mano en el bolsillo y dejó caer un billete de 20 pesos y luego toco al hombre de los ocho niños en el hombre le dijo: Señor, se le cayó un billete.
El hombre supo lo que sucedía. No pedía ayuda, pero en verdad la apreció en esa situación desesperada, angustiosa y vergonzosa. Miró al segundo hombre directamente a los ojos, tomó sus mano con las suyas, la oprimió con fuerza sobre el billete de 20 y con el labio tembloroso y una lágrima rodando por su mejilla , respondió: “Gracias, gracias señor. Esto significa en verdad mucho para mi y para mi familia”. El segundo hombre salió de la fila y se fue con su hijo a casa. Esa noche no fueron al circo porque compartieron su dinero con un desconocido, pero no regresaron sin nada a casa. Hoy quiero reflexionar sobre este hecho y comprender que el Señor hoy me presentará muchas oportunidades para demostrar mi gentileza delante de todos los hombres. En este mundo se necesitan desesperadamente actos de amor y gentileza. Hoy es día de expresión de amor.
Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com
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Señor, no quiero ser insensible a las necesidades de la gente que me rodea. Yo quiero hoy ser el canal de tu amor y tu gentileza para todos aquellos que viven en este mundo sedientos de amor y comprensión. Quizá eso represente para mi un pequeño o un grande sacrificio. Ayúdame a entender estas oportunidades y a darme a otros sin esperar recibir recompensa. Amén.
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