El 24 de noviembre de 1971, un hombre actualmente conocido como D. B. Cooper secuestró un vuelo comercial y amenazó con hacer explotar la nave a menos que le dieran 200 mil dólares. Después de aterrizar para recibir el rescate, ordenó que el avión volviera a despegar. Entonces, se bajaron las escaleras traseras del 727 y él se lanzó en paracaídas en medio de la noche. Nunca lo capturaron, y el caso sigue sin resolver. Este acto aceleró la toma de medidas de seguridad aeroportuarias, donde la confianza y la tranquilidad han sido sustituidas por sospechas y temores. Lo que aquel hombre hizo nos afectó a todos.
La Biblia describe dos acciones que transformaron el mundo de una manera mucho más significativa. Por la decisión de Adán, el pecado y la muerte entraron en el mundo, «así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron» (Romanos 5:12). Pero por medio del sacrificio de Cristo en la cruz, Dios proveyó un remedio para los resultados del pecado. «Así que, como por la transgresión de uno [Adán] vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno [Jesucristo] vino a todos los hombres la justificación de vida».
Cristo hizo lo que nadie más podía hacer, ya que destruyó el poder del pecado y de la muerte mediante Su resurrección. Él ofrece perdón y vida eterna a todos los que reciben Su regalo. Y por eso, le agradecemos de todo corazón.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Romanos 5:10
Tomado del Libro Nuestro Andar Diario
Rbc Ministerio
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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