Un empleado se acercó a su empleador y le dijo: “Tengo diez años de experiencia en este trabajo y todavía tengo el mismo salario que tenía cuando empecé. Ya es hora de un aumento”.
Su jefe replicó.” Tú no tienes diez años de experiencia. ¡Tu tienes una experiencia de diez años!
Muchos de nosotros sentimos que nuestra vida se podría describir de la misma manera: una experiencia repetida una y otra vez, o en el mejor de los casos, unas pocas experiencias bien aburridas. Cuando ese es el patrón de nuestra existencia, no solo nos deprimimos, sino que tampoco crecemos. Al igual que un jardín necesita fertilizantes y nutrientes para enriquecer su tierra, nosotros necesitamos el enriquecimiento de actividades y experiencias que ensanchen nuestra vida y estimulen nuestra alma.
Joseph Campbell dijo una vez: “Creo que las personas no buscan tanto el significado de la vida como la experiencia de estar vivos”.
¿Cómo podemos entonces enriquecer nuestra vida? Debemos ser resueltos. No piensas que otra persona puede hacerlo por ti. Hay muchísimas maneras de empezar:
Practica un deporte que siempre deseaste jugar.
Planea un viaje para ver algo o alguien interesante
Bríndate a hacer una tarea que ayudará a los menos afortunados.
Visita a un amigo que hacer tiempo que no ves.
Toma parte activa en un lugar de adoración que te rete.
¡Parcipa! ¡Aprende! ¡Canta! ¡Alaba! ¡Escucha! ¡Da! ¡Habla con Dios! En tales experiencias, encontrarás la Fuente de todas las emociones que puedes controlar.
Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella,
como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.
Deuteronomio 1:21
Tomado del Libro Momentos De Quietud Con Dios
Traducción: José Luis Martínez
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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