Los Manantiales

Los Manantiales
Renovación para el alma

viernes, 18 de mayo de 2012

¿SUFICIENTEMENTE LIMPIO?


Imagínate por un momento que tu íntimo amigo es cirujano. Ustedes fijan una cita para almorzar. Tú apareces a tiempo, precisamente a las 11:30 a.m.
En la recepción te dicen que el buen doctor está terminando una operación de triple derivación, y que tomará unos cuantos minutos más. Tú miras el reloj en la pared que marca las 11:49 a.m. Preocupado ante la posibilidad de quedarte atascado en medio de la multitud en el restaurante, decides hablar personalmente con el doctor. Caminas directamente a la sala de operaciones y te metes entre el cirujano y la enfermera que lo está asistiendo con los instrumentos.
«¿Cuánto tiempo más crees que vas a estar aquí?» –preguntas mirando su reloj. Luego vuelves la mirada a tu amigo que está usando una máscara, una bata y guantes quirúrgicos.
Esta ilustración destaca lo absurdo de dos conceptos diferentes de estar «suficientemente limpio». Para ti, estar limpio significa haberte dado tu ducha diaria, usar ropa limpia y lavarte las manos. En tu propia opinión, ciertamente estás aceptable.
Pero ante los ojos del equipo de cirujanos (y del que está siendo operado) estás mal preparado para entrar en su presencia. Traes bacterias no deseadas en la suela de los zapatos, exhalas gérmenes en el aire, y tus ropas limpias disipan otras criaturas microscópicas.
En esto existe un paralelo bíblico. Hace siglos, el profeta Isaías, de pie ante la presencia de un Dios santo, se dio cuenta de que no estaba «lo suficientemente limpio» espiritualmente hablando (Isaías 6:3).
Ver lo radiante de la santidad de Dios lo hizo darse cuenta de sus propias imperfecciones pecaminosas .
Sin embargo, Dios ha provisto una manera para que seamos limpiados y estemos listos para entrar en su presencia en una reunión llena de gozo. Tus buenas obras no te llevarán al cielo, pero ser limpiado por la sangre de Jesús sí.
Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado,
para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
2 Corintios 5:21
Tomado del Libro Nuestro AndarDiario
Rbc Ministerio
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

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