Un barco de vapor se quedó encallado en el Río Misisipi y el capitán no lo podía sacar. Al final, un tipo de apariencia tosca llegó a bordo y dijo: “Capitán, entiendo que quiere un piloto que lo saque de este problema”.
El capitán le dijo: “¿Es usted piloto”
“Bueno, la gente dice que lo soy”, respondió el hombre.
“¿Sabe dónde está el obstáculo y el banco de arena?”
“No, señor”
“Entonces”, dijo el capitán, “¿cómo espera sacarme de aquí si no sabe dónde está el obstáculo ni el banco de arena?”
“!Porque sé dónde no están!” respondió el hombre.
Tenga cuidado con las tentaciones. “No nos dejes caer en tentación”, nos enseñó nuestro Señor a orar. Y vuelve a decir: “Velad y orad, para que no entréis en tentación”. Somos débiles y pecadores por naturaleza y es mucho mejor que oremos para que se nos libre, en lugar de caer en la tentación, y luego orar por fortaleza para resistir.
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios,
que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
1 Corintios 10:13
Tomado del Libro D. L. Moody
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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