Los regalos más valiosos no se compran con dinero; son dones espirituales que están en el corazón. Son regalos tan especiales como el perdón generoso, que aviva el afecto y nos libera del rencor, Regalos como el consejo oportuno, la voz de ánimo, la amable sonrisa, el estímulo que reconforta.
No tenemos que gastar dinero para compartir la fe, comunicar la esperanza o expresar el amor. Mejor que dar cosas es, por ejemplo, saber dialogar, ser tolerantes, crecer en amabilidad y saber escuchar, Mejor que dar objetos es tener tiempo para los seres amados y ser cariñosos y detallistas.
Dar un buen regalo es consolar al afligido, acompañar al solitario, orientar al descarriado, Solo cuando te das a ti mismo y sabes amar, entonces también los detalles materiales cobran significado.
Fuente: Amor sin límites - 2a. edición
Autor: Gonzálo Gallo González
Escritor y conferencista
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