Un agricultor difícilmente deja en su campo un árbol frutal que es estéril o da pocos frutos. Jesús uso este símil para poner el reto de ejercitar dones y dar fruto abundante. Fuimos creados para dar buenos frutos.
Te conviene dar tres pasos si quieres ofrecer lo mejor de ti con el tesoro de tus talentos:
1. Toma conciencia de lo que eres y lo que puedes. Conócete, valórate y no te menosprecies.
2. Usa los dones con dedicación. Juan Sebastían Bach decía que sin aplicación nadie triunfa.
3. Sirve con generosidad es un proceso de "Mejoramiento continuo" (El "Kaizen" de los japoneses).
Valoración, dedicación y mejoramiento continuo son las claves que te alejan de la mediocridad. Así, con autoestima y altruismo eres, como ese árbol fecundo que todos aprecian. Recuerda que vivir es servir, compartir y actuar con sensibilidad social.
Fuente : Amor sin límites - 2a. edición
Autor: Gonzálo Gallo González
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