El uso de nuestras manos es muy importante, con ellas muchas personas dicen “me gano la vida” y otros han llegado a comprender que el toque que les dan a los demás es cuestión de decir “tranquilo estoy contigo”, pero sin embargo en estos tiempos la violencia intrafamiliar, el maltrato a menores y hasta el crimen ha sido producto del uso indebido que le hemos dado.
“Dame una mano” ha sido el grito por muchos años de las personas que necesitan una ayuda, y la hemos dejado de extender, creemos que el dar no es para nosotros, a tal punto que cuando Dios nos pide de ella, le negamos hasta lo más mínimo sin comprender que es Él quién no las ha dado para tener todo lo que alcanzamos trabajando.
En una ocasión Jesús entró en una sinagoga y ensañaba, y en ese entonces se encontró con personas que eran guiadas por religión, por dogmas y costumbres impuestas por hombres que siguiéndolas creían estar en el camino correcto, estos eran conocido en aquellos tiempos como escribas y fariseos, y siempre andaban aplicándolas ante Jesús para hacerle caer y acusarle de anatema. Más Él conocía sus pensamientos, y justo en el momento en que estaba con ellos llamó a un hombre que tenia la mano seca y le dijo: “Levántate y ponte en medio” y mirando a todos los que estaban alrededor, les lanza una pregunta: ¿Es licito en el día de reposo hacer el bien o el mal? ¿Salvarla la vida, o quitarla? Y le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. Y él hizo así, y su mano fue restaurada por completo (Lucas 6:6-11).
Con esto quedó demostrado quién es el dueño de aún el tiempo y la vida. Dios cuando nos pide que extendamos nuestras manos, ya sea para Él o para alguien que lo necesite, no nos ve como si estuviésemos capacitado para hacerlo, sino para restaurar nuestras vidas y bendecirnos en el momento que accionemos. El dar es uno de los principios importante en el reino de Dios. El sabe que con ellas muchas de nuestras necesidades son satisfechas.
Hoy por hoy existen personas que creen seguir al Señor de manera correcta, pero tienen la mano seca, no dan, no producen y no hacen el bien a nadie. Y eso es lo que se llama religión, siguen dogmas, guardan costumbres, más sin embargo no saben de salvar y dar vida.
¿Cómo estamos nosotros? Dios nos pide nuestras manos para hacernos el milagro que necesitamos, al aceptarle, vamos a ser restaurado para realizar un trabajo para la extensión de su reino, nos traerá el recurso para que nosotros demos para otros, sino lo hacemos así, entonces estamos llenos de dogmas y costumbres que nos han alejado de Él.
A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.
Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos.
Lucas 6:30
Por Redactor Agenda de Dios
Ulpiano Sáenz
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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