Gord nunca recibió el amor de su padre. El viejo Hostetter afirmaba que ese «no es mi hijo», y llenó la vida del joven de abusos verbales y emocionales.
Para lidiar con ello, Gord comenzó a beber cerveza a la edad de diez años. Durante su adolescencia comenzó a tomar bebidas más pesadas y a fumar marihuana. A los 17 años, el atribulado joven se había convertido en miembro del partido comunista de Montreal, iba a gran velocidad y estaba consumiendo LSD. A medida que s vida iba en una espiral descendente, comenzó a robar para obtener el efectivo que necesitaba para alimentar sus crecientes adicciones.
Más tarde, luego de pasar un tiempo en la cárcel, Gord visitó a un amigo que era un antiguo drogadicto. Le decepcionó que Maurice no tuviera «mercancía» para darle un toque. Su amigo se había convertido en creyente en Jesús, y convenció a Gord de que fuera a un culto en la iglesia con él.
Durante el sermón, el pastor comenzó a describir cómo recibir a Jesús como Salvador. Gord se levantó y se dirigió hacia la puerta de atrás. En el vestíbulo, un hombre llamado Al Bartlett lo encontró. Al había pasado sus años juveniles perdido en una telaraña sin esperanza de abuso de drogas y alcohol. Le dijo: «Gordie, eres un drogadicto. ¡Necesitas a Jesús!»
Gord le entregó su corazón y su vida a Jesús, y finalmente experimentó la paz que anhelaba. Hoy, Gord Hostetter y Al Bartlett son los mejores amigos y co-pastores de una iglesia en Mundare, Alberta.
En su Sermón del Monte, Jesús describió el camino destructivo, aquel por el que Gord y Al caminaron una vez. Les advirtió a sus discípulos que al camino de la destrucción se entra a través de una puerta «ancha». En otras palabras, una puerta espaciosa y complaciente, mientras que la puerta «estrecha» es restrictiva (Mateo 7:13-14).
Jesús les estaba diciendo a sus seguidores que seguirle implicaría entrar por una puerta que no era fácil. Está llena de persecución y de oposición, pero lleva a la verdadera vida: a la vida eterna.
Mantén tus ojos puestos en esa senda angosta. Sigue tras Jesús, así como lo han hecho Gord y Al
Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
Lucas 7:13-14
Tomado del Libro Nuestro Andar Diario
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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