Cuando era niño, tenía que bombear agua para el ganado. Ah, cuantas veces bombeé con mi mano derecha hasta que me dolía, y muchas veces bombeé cuando no salía nada de agua. Se me enseño que cuando la bomba estaba seca, tenía que derramar un balde de agua por la bomba y luego lograba que el agua subiera.
Y eso es lo que los cristianos quieren –un pozo de agua viva. Tendremos gracias de sobra; toda la que necesitemos para nosotros y para muchos otros. Actualmente, se cavan pozos mejores y más profundos. Cuando cavan el pozo, se abren camino a través de la grava y del barro, quizás a unos seiscientos metros sin detenerse, cuando pueden bombear el agua para arriba, pero cavan a un estrato más abajo y el agua fluye hacia arriba abundantemente por sí sola.
Cada uno de nosotros debería ser como los pozos artesianos –que bombean agua fresca en abundancia. Dios tiene gracia suficiente para cada uno de nosotros.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Juan 7:38
Tomado del Libro D. L. Moody
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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