Los Manantiales

Los Manantiales
Renovación para el alma

lunes, 30 de abril de 2012

¡INIMAGINABLE!


Un catedrático de una universidad cristiana percibió que sus estudiantes tenían una opinión distorsionada del cielo; lo consideraban un lugar estático y aburrido. Así que, para estimularles la imaginación, les hizo estas preguntas:
«¿Desearían despertarse mañana para descubrir que la persona a la que aman con la mayor de las pasiones los ama aún más? ¿Despertarse escuchando música que siempre les ha encantado, pero que nunca antes habían escuchado con semejante gozo infinito? ¿Levantarse con el nuevo día como si acabaran de descubrir el Océano Pacífico? ¿Despertarse sin sentirse culpables por nada en absoluto? ¿Mirar en lo más recóndito de su ser y que todo lo que vean les guste? ¿Despertar respirando a Dios como si Él fuera el aire? ¿Estar encantados de amarlo? ¿Y, por si fuera poco, amar a todos los demás?»
Todos los estudiantes levantaban la mano en respuesta a estas intrigantes preguntas del profesor. Si así es como será el cielo, e infinitamente mucho más, entonces ciertamente quisieran estar allí.
«Voy, pues, a preparar lugar para vosotros», dijo Jesús a Sus discípulos (Juan 14:2). Todos compartimos el deseo (en realidad, un anhelo muy profundo) de estar en ese hogar glorioso para siempre. Es un lugar de dicha indescriptible. ¡Y la bendición suprema será la presencia misma de nuestro Señor Jesucristo!
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho;
voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me voy y os preparo lugar.
Juan 14: 2-3
Tomado el Libro Nuestro Pan Diario
Rbc Ministerio
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

LIBRADO DE LAS GARRAS DEL LEÓN


Es para nuestro propio beneficio que Dios nos dice que recordemos. La memoria de nuestras liberaciones del pasado nos ayuda a incrementar nuestra fe para lo que estemos pasando en este momento.
¿Está usted enfrentando una crisis? ¿Tiene algún gran problema amenazante en casa, en el trabajo o en su familia? La única manera de enfrentar a un gigante es como lo hizo David: Recuerde al león y al oso. Así es como David pudo ir en contra de Goliat sin temor: Recordando la fidelidad de Dios hacia él, en sus crisis pasadas.
Cuando David se ofreció a pelear contra Goliat: “Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él…David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca…Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos” (1 Samuel 17:33-36).
David conocía el peligro que enfrentaba delante de Goliat. El no era un novicio o un muchacho ingenuo, que de pronto se armó de bravura y quiso buscar pelea. No, David estaba simplemente recordando sus liberaciones del pasado. Y ahora, el miraba a su enemigo directamente a los ojos y le dijo: “Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo” (1 Samuel 17:37).
Multitudes del pueblo de Dios, hoy están enfrentando a gigantes por todos lados. Sin embargo, muchos son intimidados. ¿Esto lo describe a usted? ¿Se ha olvidado acaso de aquella ocasión en la que enfermó tanto que estuvo cerca de la muerte, pero el Señor lo levantó? ¿Se acuerda de aquel desastre económico que le hizo pensar: “Esto se acabó, estoy en la ruina”, pero el Señor lo vio a través de ello y lo ha guardado hasta el día de hoy?
Hay muchas cosas que no entendemos y no las entenderemos hasta que estemos en casa con Jesús. Pero yo creo absolutamente que Dios puede sanar y que Él tiene una salida para cada situación. La pregunta para nosotros es: “¿Dónde encontramos la fe, el valor, para ponernos de pie y obtener victoria en Él?
Sólo se logra al recordar al león y al oso. Sucede cuando usted es capaz de recordar la increíble fidelidad de Dios, y las victorias que Él le dio en el pasado. Usted no podrá enfrentar a un gigante hasta que sea capaz de asimilar y entender la majestad y la gloria de Dios en su vida.
Sálvame de la boca del león, y líbrame de los cuernos de los búfalos.
Salmos 22: 21
David Wilkerson , Hoy
Por: David Wilkerson
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

SIN VUELTA ATRÁS


Ray Stedman, pastor en California por muchos años, una vez le dijo a su congregación: «En la víspera de Año Nuevo nos damos cuenta, como en ningún otro momento de nuestras vidas, de que jamás podremos retroceder el tiempo […]; podemos mirar atrás y recordar, pero es imposible volver a ninguna instancia del año que pasó».
Stedman luego hizo referencia a los israelitas cuando estuvieron en el umbral de una nueva oportunidad. Después de cuatro décadas de deambular por el desierto, es probable que la nueva generación se preguntara si tenía la fe y la fortaleza necesarias para poseer la tierra prometida.
Su líder, Moisés, les recordó que ellos habían visto «todas las grandes obras que Jehová ha hecho» (Deuteronomio 11:7) y que su destino era la «tierra de la cual Jehová tu Dios cuida; siempre están sobre ella los ojos de Jehová tu Dios, desde el principio del año hasta el fin» .
Puede que en la víspera de Año Nuevo tengamos temor del futuro debido a los acontecimientos del pasado. Pero no tenemos que permanecer encadenados a nuestros viejos recuerdos, porque podemos avanzar con la mente centrada en Dios. Así como el Señor cuidaba de la tierra y de Su pueblo, Sus ojos estarán sobre nosotros también.
El cuidado fiel del Señor abarcará cada día del nuevo año. Podemos contar con esa promesa.
Guardad, pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis fortalecidos, y entréis y poseáis la tierra a la cual pasáis para tomarla; y para que os sean prolongados los días sobre la tierra, de la cual juró Jehová a vuestros padres, que había de darla a ellos y a su descendencia, tierra que fluye leche y miel.
Deuteronomio 11:8-9
Tomado del Libro Nuestro Andar Diario
Rbc Miniterio
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

Estar a bien con Dios


Estamos sedientos.
No sed de fama, posesiones, pasión o romance. Ya hemos bebido de esos estanques. Son agua salada en el desierto. No sacian: matan.
«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia».
Justicia. Ahí está. Eso es lo que anhelamos. Estamos sedientos de una conciencia limpia. Anhelamos empezar de nuevo.
Rogamos que llegue una mano y penetre la oscura caverna de nuestro mundo y haga por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos: transformarnos de nuevo.
El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos.
Romanos 13:10–11
Tomado del Libro Promesas Inspiradoras de Dios
Autor: Max Lucado
Editor Agenda de Dios:
Olman Rímola

DIOS OBRA EN EL BARRO


En una novela de los años 50, hay una escena en la que cuatro aldeanos se confiesan sus pecados unos a otros. Uno de los hombres, Michelis, exclama: «¿Cómo puede Dios dejarnos vivir en la tierra? ¿Por qué no nos mata para purificar la creación?» «Porque, Michelis —respondió otro de los hombres—, Dios es un alfarero; trabaja con barro».
Esto es lo que Dios hizo literalmente en Génesis. El soberano Creador formó y moldeó a la humanidad por medio de un diseño único. Este proceso implicó el tener que diseñar a un hombre del polvo de la tierra. La palabra formó en Génesis 2:7 describe la obra de un artista. Al igual que un alfarero que del barro moldea y diseña un vaso o alguna otra vasija, el Señor Dios formó a la humanidad de la arcilla.
Dios continuó Su obra con el polvo y el barro al soplar aliento de vida en el hombre y transformarlo en un alma viviente. Esto hizo del hombre un ser espiritual, con la capacidad de servir y tener comunión con el Señor.
Después del pecado de Adán y Eva, Dios siguió obrando en y con el barro al enviar a Su Hijo Jesús a morir por la humanidad, y así regenerar a aquellos que lo reciben, para que disfruten de la comunión con Él. En señal de gratitud, usemos nuestras manos para hacer buenas obras para Su gloria.
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra,
y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
Génesis 2:7
Tomado del Libro Nuestro Andar Diario
Rbc Ministerio
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

SER AGRADABLE A DIOS


A Juan el Bautista nunca lo contratarían hoy día. Ninguna iglesia querría tener nada que ver con él. Fue un desastre en cuanto a las relaciones públicas. Usaba ropa hecha de pelo de camello, se ceñía una cinta de cuero alrededor de la cintura, y comía langostas y miel silvestre (Marcos 1.6). ¿Quién querría ver a semejante tipo cada domingo?
Su mensaje era tan rudo como su vestuario: Sin rodeos y directo al grano retaba al arrepentimiento porque Dios estaba en camino.
Juan el Bautista se apartó para cumplir su tarea, para ser una voz de Cristo. Todo en Juan se centraba en ese propósito. Su ropa. Su dieta. Sus acciones. Sus exigencias.
No tienes que ser como el mundo para impactar en el mundo. No tienes que ser como las multitudes para cambiar las multitudes. No tienes que rebajarte a sus niveles para que ellos se eleven al tuyo. La santidad no busca ser excéntrica. La santidad busca ser agradable a Dios.
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto,
y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Colosenses 3: 2–3
Tomado del Libro Promesas Inspiradoras de Dios
Autor: Max Lucado
Editor Agenda de Dios:
Olman Rímola

HAGAMOS AL HOMBRE A NUESTRA IMAGEN


Dijo Dios “Hagamos al hombre a nuestra imagen” (Génesis 1:26). ¿Qué revela esta declaración acerca de sus propósitos para la humanidad y la oración?
Primero Dios creó a la humanidad ara que ésta reflejara su carácter y personalidad. Fuimos creados como Él, teniendo su “imagen” y “semejanza”. Eso quiere decir que nosotros fuimos creados para tener su naturaleza y carácter moral. Dios creó a la humanidad para establecer una relación de mutuo amor con la humanidad. Él creó a la humanidad a su propia imagen para que el amor pudiera ser dado y recibido con libertad entre el Creador y el creado. El hombre puede tener un compañerismo con Dios porque Dios hizo al hombre de su propia esencia. Él creó al hombre con espíritu, así como Él es Espíritu (Juan 4:24).
Aunque Dios es el creador, Él siempre ha enfatizado que Él es el Padre del hombre. Su deseo no fue ser primeramente que se pensara de Él como un terrible “fuego consumidor” (Deuteronomio 4:24). Dios quiere que nos acerquemos a Él como lo haría un niño a su amoroso padre.
El hombre fue creado de la esencia de Dios y él depende de Dios como su fuente. Como seres humanos, no somos auto-suficientes, aunque nos gustaría pensar que lo somos. No podemos revelar la imagen y semejanza de Dios fuera de una relación con Él. Nadie estará realmente satisfecho, sino hasta que él o ella ame a Dios. Dios debe ser el primero en nuestras vidas porque fuimos diseñados para hallar realización y máximo significado en Él.
Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
Salmos 103:13
Tomado Del Libro Devocional Diario De Poder
Autor: Dr. Myles Munroe
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

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