Los Manantiales

Los Manantiales
Renovación para el alma

lunes, 30 de abril de 2012

DETENTE Y MIRA


Cuando mi oftalmólogo dice: «no se mueva», me quedo quieta. No discuto. No lo desafío. No hago nada mientras mira para otro lado. ¿Por qué? Porque es un renombrado cirujano óptico que está tratando de preservar mi visión y que necesita que yo colabore. Sería insensato ignorar sus instrucciones.
Entonces, ¿por qué no coopero en las cuestiones de quietud espiritual? Dios considera que el descanso es tan importante que lo incorporó al ritmo de la vida. Sin descanso, no podemos ver con claridad; empezamos a pensar que somos más valiosos de lo que es cierto.
Después del estresante enfrentamiento de Elías con Acab y Jezabel, el profeta se sumió en un estado de agotamiento. Dios envió un ángel para que lo atendiera. Durante un período de quietud, «… vino a él palabra del Señor…» (1 Reyes 19:9). Elías pensaba que era el único que estaba haciendo la obra de Dios. Su celo era tan profundo que no sabía que otras 7.000 personas no se habían inclinado delante de Baal .
Quizá algunos de nosotros temamos lo que pueda suceder si nos quedamos quietos y dejamos de trabajar. Pero algo peor sucede cuando rehusamos descansar. Sin descanso, no podemos estar ni espiritual ni físicamente saludables. Dios nos sana mientras reposamos.
Tal como yo debía quedarme inmóvil para que mi ojo se sanara, todos necesitamos quedarnos quietos para que el Señor pueda mantener clara nuestra visión espiritual.
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.
Salmos 46:10
Tomado del Libro Nuestro Pan Diario
Rbc Ministerio
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola

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