Una directora joven que topaba con frecuencia con dilemas o problemas éticos, se sentía complacida al decir: “¿Qué haría Phil?”. Si en una reunión muy grande surgía un problema ella se mantenía firme en esas tres palabras. Este comportamiento llamó la atención de sus colegas. Luego de un vertiginoso debate acerca de una reducción. Uno de ellos dijo:
-Debo preguntarte algo. Te he oído decir en numerosas oportunidades frente a situaciones difíciles: “¿Qué haría Phil?”. ¿Quién es Phil? Debe ser alguien muy sabio si lo nombras cada vez que debes tomar una decisión importante. ¿Era uno de tus mentores?
La mujer rió y negó con la cabeza. –Mentor no es quizás el término –contestó-. Phil era un antiguo director mío, sin principios, profano y muy egoísta. Nunca tomó una decisión buena. Y las que tomó no fueron hechas por buenas razones. Por lo cual, cuando me pregunto “¿Qué haría Phil”?, considero la respuesta. Luego hago lo opuesto. Esa fórmula nunca me ha fallado.
Cuando trabaja con personas sin principios buenos, recuerde que puede aprender mucho de ellos, tanto como de las buenas.
Retén el consejo, no lo dejes;
Guárdalo, porque eso es tu vida.
Proverbios 4:13
Tomado del Libro Devocionario de Dios
Traducción: Grupo Nivel Uno, Inc.
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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