Con frecuencia nos limitamos solo a ver los problemas y hablamos de ello frecuentemente; al final, terminamos pensando que nuestra vida es patética y acabamos infelices, deprimidos, angustiados, desesperados, a puro dolor.¿Qué puede hacer para cambiar su realidad? ¿Cómo hacer para que una crisis no lo afecte?“Hay una historia de un rey de la India que contaba con uno de los Palacios más hermosos y uno de los reinos más bendecidos en la historia de oriente. Se acerca uno de sus súbditos y le dice: - Rey, quisiera conocer la clave que hace que a pesar de tener todas estas posesiones y lujo, sigues siendo una persona humilde, amorosa y de bendición para los demás. ¿Cómo has logrado ser humilde en medio de tanto oro?
El rey le dijo: “Te lo revelaré, si recorres mi palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré”.
El súbdito comenzó su caminata por el Palacio recorriendo todo el lugar, toda su belleza y omnipotencia con la vela en la mano.
Al término del paseo, el rey le preguntó: “¿Qué piensas de mis riquezas?”
La persona respondió: “No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se
apagara”.
El rey le dijo: “Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas de fuera”.¿Qué lo mantiene tan ocupado en su problema que no puede ver las bendiciones y las riquezas que hay dentro de usted? ¿Conoce el secreto para poder disfrutar la vida?El secreto es poder cambiar tu mirada, abrir tus ojos para contemplar la gloria, la grandeza, la belleza, la magnificencia de Jesús, quién habita en ti y es el personaje central de las navidades, todos recuerdan su nacimiento. Deja ya de ver y hablar de lo que te preocupa y comienza a ocuparte en Jesús. A medida que te ocupes en Jesús en esa medida podrás ver que tus problemas insignificantes y lo poderoso que es El.Me gustaría dejar contigo algunos consejos que te ayudaran a superar una crisis, espero puedas disfrutarlos y ver que lo mejor está por venir a tu vida.
1.- Vea la crisis como una oportunidad…A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. ¿Qué oportunidad me trae esta crisis?
2.- Celebre su crisis…Tribulación produce Gloria. Piense que es un afortunado, que es bendecido: “A Usted le ha tocado una crisis “y por ello, la oportunidad de crecer personalmente, familiarmente, laboralmente, etc.… y construirse su vida, su futuro.
3.- Busque un Entrenador y empiece su proceso de Coaching. En el momento inicial de la crisis, en que se pregunta: ¿Qué está pasando?, ¿Qué me está pasando? y ¿Qué puedo hacer? ¿Qué no estoy viendo? Busque un Coach que será un guía que le apoye y le acompañe en la búsqueda de las respuestas en su travesía.
4.- Escudriñe los aspectos positivos. Encuentre esos aspectos beneficiosos que le trae la misma y enfóquese en ellos.
5.- Disfrute de todo lo nuevo que le aparezca. Seguramente aparecerán elementos nuevos alrededor de su crisis: tiempo, personas, cosas, actividades, talentos. Disfrute de todos y cada uno de ellos con buena actitud.
6.- Enfoque su atención en lo que le hace sentirse bien. ¿Qué personas o cosas me hacen sentir bien? Desarrolle, descubra y saque a la luz todos sus talentos.
7.- Descubra sus recursos y su potencial. Este abierto al aprendizaje y a realizar cosas nuevas con los recursos y talentos que tiene.
8.- Maneje y atienda su crisis. En su crisis aparecerá todo lo que necesite para crecer como persona, en las relaciones, en el ámbito profesional, u otras áreas. ¡Comprométase con usted mismo a aprender de cada situación¡ Le recomiendo que si hasta este momento no se ha buscado un coach, no deje de hacerlo.
9.- Tómese el tiempo necesario. Participe de un entrenamiento para resultados extraordinarios que ofrecemos. Piense y reflexione y abra bien los ojos, así como todos sus sentidos para percibir el momento de construir y de hallar qué es lo que quiere y cómo realmente lo quiere. Atraiga su futuro.
10.- Tenga amor, gozo, paz, paciencia y templanza…Desarrolle el fruto del Espíritu. Actúe con el poco a poco, con el día a día, y teniendo en cuenta el presente (aquí y ahora), pero ¡Actúe ¡ y haga su futuro! El futuro no viene, nosotros lo hacemos día a día.
Lo hermoso de la Navidad es que Jesús se ha hecho presente entre nosotros como la Palabra hecha carne, para darnos las respuestas que buscamos, para concedernos una nueva visión para nuestra vida, para colmarnos de abundantes dones, de su amor, su misericordia y su poder. En esta Navidad fijemos la mirada en Jesús y esforcémonos por lograr el futuro que tanto anhelamos
Alex Arguello