Cuando las cosas no marchen bien y usted trata de encontrar la solución del problema, le recomiendo que piense bien en esta manera básica de hacer cambiar la adversidad, la práctica de la ley de la oferta. La verdad es que Dios Padre quiere que usted prospere. Así lo dice el primer salmo:
Bienaventurado el hombre
Que no sigue el consejo de los impíos . . .
Es un árbol plantado
junto a corrientes de agua,
Que da fruto a su tiempo
y jamás caen sus hojas;
Y todo cuanto hace sale bien (Versículo 1 y 3).
La Biblia, en la cual tenemos el uso más perfecto del lenguaje para describir las cosas más grandes, encuentra dificultad para describir las riquezas que Dios Todopoderoso desea darnos. En la primera epístola a los Corintios (2:9) se lee "Cosas que el ojo no vio, ni el oído oyó, ni se le antojó al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman". El Creador de todas las leyes científicas creó también la ley de la oferta para darnos a nosotros valores maravillosos de su infinita abundancia.
Así, pues, parece que cuando las cosas no marchan bien, es porque no estamos en contacto creativo, y para hacer que marchen mejor lo único que tenemos que hacer es establecer una conexión más perfecta con el flujo abundante del bien.
El sabio Dr. Samuel Johnson dijo una vez: Vale por lo menos mil libras al año tener un punto de vista radiante". Yo creo que vale mucho más que eso porque el negativismo y los pensamientos sombrios son tan contrarios a la prosperidad que realmente la ahuyentan. La prosperidad se aparta de las mentes llenas de dudas. Recuerde que la duda tiende a producir resultados dudosos. "dios ordena todas las cosas para bien de los que le aman", nos dice la Biblia (Rom.8:28). Todas las mañanas acuérdese de que, puesto que todas las cosas contribuyen para su bien, se le abrirán las puertas, se le presentarán nuevas oportunidades y todo marchará mejor. Apartando la angustia de su mente, esta fe poderosa y sana estimulará el pensar creativo y modificará las circunstancias en su favor. Pero usted tiene que creer esto, creerlo realmente, para activar su proceso mental. Continúe creyendo y experimentará la mejor de todas las descripciones de prosperidad inducida por la espiritualidad, las palabras del viejo himno. "Habrá lluvia de bendiciones enviadas desde lo alto por el Salvador."
No diga nunca que las bendiciones son escasas, o siquiera que el dinero es escaso, pues la sola afirmación de tal cosa los ahuyentará. No diga que los tiempos son duros pues, como lo explica sabiamente Charles Fillmore. "Las palabras mismas apretarán las cuerdas de su bolsa en forma que ni siquiera una moneda se puede meter en ella. Llene todos los rincones de su mente con las palabras abundancia, abundancia, abundancia". Todos los días por la mañana, a mediodía y por la noche afirme en voz alta:" abundancia, abundancia, abundancia", y luego también en voz alta, diga: oportunidad, oportunidad, oportunidad". Al mismo tiempo, imagine y visualice la prosperidad, Arroje afuera sus pensamientos negativos, sombríos, que ahuyentan la prosperidad, y en cambio llene la mente de pensamientos radiantes, optimistas, positivos, que atraen el bien que un Dios generosos quiere enviarle por medio de su pensar creativo.
Recuerdo siempre el versículo inolvidable del libro de Job: "Si te tornares al Todopoderoso serás edificado" (22:23) Siendo edificado, usted será más grande que todo descorazonamiento, todo revés, todo fracaso.
Ésa es una buena nueva válida en su interior, por la cual debe estar agradecido. Usted y yo podemos ser edificados para levantarnos por encima de nuestros fracaso y, pese a todas las dificultades, hacer que las cosas marchen mejor que nunca. Podemos adquirir el hábito de esperar y experimentar automejoramiento, y el hábito de convertir una circunstancia actual en un mejor estado.
Tomado : Por qué algunos pensadores positivos obtienen resultados poderosos. Norman Vincent Peale
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