Aunque no sabemos mucho de la vida venidera, una cosa es cierta. El día que Cristo venga será un día de recompensa. Muchos que fueron desconocidos en la tierra serán bien conocidos en el cielo. Los que nunca oyeron los vítores de los hombres oirán los vítores de los ángeles. Los que no recibieron las bendiciones de un padre oirán las bendiciones de su Padre celestial. El pequeño será grande. El olvidado será recordado. Al incógnito se le coronará y al fiel se le honrará.
El círculo de los vencedores no está reservado para un puñado de la elite, sino para un cielo lleno de hijos de Dios que «recibirán la corona de la vida que Dios ha prometido a los que le aman» (Santiago 1.12).
Sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
Efesios 6:7-8
Tomado del Libro Gracia Para Todo Momento
Autor: Max Lucado
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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