Los Manantiales

Los Manantiales
Renovación para el alma

domingo, 30 de octubre de 2011

Entrada al gozo de Dios


 El primer paso hacia el gozo es una súplica de ayuda, un reconocimiento de destitución moral, una admisión de insuficiencia interior. Cuando alguien prueba la presencia de Dios es porque se ha declarado en bancarrota espiritual y está consciente de su crisis espiritual. Su alacena está exhausta. Sus bolsillos están vacíos. Sus opciones desaparecieron. Desde hace mucho tiempo dejó de reclamar justicia; ahora implora misericordia…
     Le pide a Dios que haga por él lo que no puede hacer sin Él. Ha visto cuán santo es Dios y cuán pecador es él, y ha convenido con la declaración de Jesús: «Para el hombre es imposible».
     Ah, la ironía del gozo de Dios: nace en el reseco terreno de la destitución en lugar del suelo fértil de la realización.
     Es un camino diferente, un camino que no estamos acostumbrados a tomar. No reconocemos con frecuencia nuestra impotencia. Reconocer el fracaso no suele ser una entrada al gozo. La confesión completa no es comúnmente seguida del perdón total. Pero volvamos a lo mismo: Dios no se ha regido nunca por lo que es común.
 
 
Has cambiado mi lamento en baile;
Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
      Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado.
Jehová Dios mío, te alabaré para siempre.
Salmos 30:11-12
 

No hay comentarios:

Indice de Reflexiones