La oración es el reconocimiento de que si Dios no se hubiese envuelto en nuestros problemas, aún estaríamos perdidos en las tinieblas. Es por su misericordia que hemos sido levantados. La oración es todo el proceso que nos recuerda quién es Dios y quiénes somos nosotros.
Yo tengo la certeza de que en la oración hay un gran poder. Creo que Dios sana al herido, y levanta al que está muerto. Pero no creo que nos corresponde decirle a Dios lo que tiene que hacer ni cuándo debe hacerlo.
Dios sabe que, con nuestra limitada visión, ni siquiera sabemos por qué debemos orar. Cuando le encomendamos nuestras peticiones, confiamos en que honrará nuestras oraciones con su santo criterio.
La oración eficaz del justo puede mucho.
Santiago 5:16
Tomado del Libro Gracia Para Todo Momento
Autor: Max Lucado
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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