¿Por qué lo hizo? Una choza habría bastado, pero nos dio una mansión. ¿Tenía Él que dar a las aves una canción y a las montañas una cumbre? ¿Le fue exigido ponerle franjas a la cebra y joroba al camello? ¿Por qué envolver la creación con tanto esplendor? ¿Por qué molestarse tanto para darnos esos regalos?
¿Por qué lo haces? Tú haces lo mismo. Te he visto escogiendo regalos. Te he visto recorriendo los centros comerciales y caminando por los pasillos. No me refiero a los regalos obligatorios, sino a esa persona extra especial y a ese regalo extra especial. ¿Por qué lo haces? Lo haces para que el corazón se detenga. Lo haces para que quede boquiabierta. Lo haces para escuchar sus palabras de incredulidad: «¿Lo hiciste por mí?».
Por eso lo haces. Y también es por lo que Dios lo hizo. La próxima vez que un amanecer te deje sin aliento o una pradera de flores te deje sin habla, quédate así. Guarda silencio y escucha al cielo susurrar: «¿Te agrada? Lo hice especialmente para ti».
Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre.
Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá
y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia.
2 Corintios 9: 9-10
Tomado del Libro Gracia Para Todo Momento
Autor: Max Lucado
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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