y él te concederá las peticiones de tu corazón" Salmo 37: 3-4
He aprendido a no rendirme cuanto una puerta se cierra en mi vida, porque sé que Dios abre una ventana a nuevas oportunidades.
Así que si llego a lo que parecer ser el fin de una relación personal o una manera de vida. Confío en Dios y dejo ir toda ansiedad acerca de tal cambio. De este modo permito que Dios abra el camino a las nuevas bendiciones que están guardadas para mí.
Al dejar ir, permito que Dios me muestre el camino. Dios me da la fortaleza y el valor para dar el primer paso en una nueva dirección o para retroceder un paso, si es necesario.
Al dejar ir y dejar a Dios actuar, dejo ir temores y preocupaciones acerca del futuro. Dios está a cargo, y sé que Dios me guía al lugar donde encontraré la mayor paz y satisfacción.
Al dejar ir y dejar a Dios actuar, siento paz y satisfacción verdaderas.
Tomado: Pensamientos que sanan Silent Unity
www.lapalabradiaria.org
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