Pienso en esas personas tan apreciadas que me ayudan en silencio. Proveen un toque sutil, comprenden intuitivamente mis necesidades y expresan compasión sin alarde ni esfuerzo.
Con seguridad es el amor -- amor por Dios y por la humanidad -- que les inspira ser proveedores de cuidados. Me ven como la creación especial e individual de Dios que soy verdaderamente. Ven mi cuerpo como la forma visible que contiene el Espíritu invisible.
Yo mismo soy un proveedor de cuidados, sé que yo también, doy del amor de Dios en mí. El amor que doy a otros fluye primero en mí para fortalecerme e inspirarme.
Envuelvo a todos los proveedores de cuidados en mis oraciones y doy gracias por el regalo del amor. ¿ Qué mejor regalo podría dar que el mismo amor del cual fui creado?
Doy gracias por todos los proveedores de cuidados.
Tomado: Pensamientos que sanan Silent Unity
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