¡Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas!-Salmo 36:7
Qué calma siento al saber que en momentos en que necesito más seguridad, Dios está conmigo. Mi creador me conoce mejor que lo que me conozco a mí mismo y me anima a seguir adelante tierna y amorosamente.
En cualquier momento del día o de la noche, voy más allá del miedo y la preocupación al conocimiento de que estoy en la presencia de Dios. Entonces siento el amor tranquilizador de Dios que envuelve y me calma.
Como mi amoroso Padre, Dios siempre es´t alisto para consolarme y fortalecerme. Dios es mi vida, mi esperanza, mi todo. La presencia de Dios siempre es una parte inseparable de quien soy y de cómo fui creado.
Dios es mi fortaleza y consuelo en cualquier momento de necesidad.
Tomado: Pensamientos que sanan Silent Unity
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